sábado, 4 de julio de 2020

FIELES A NOSOTROS MISMOS


       La gran mayoría de las personas se identifican siempre con su ego, con su cuerpo, con sus capacidades y habilidades, con sus valores morales y con sus creencias. Para estas personas, ser fieles a sí mismos consiste básicamente en ser fieles a sus valores morales y a sus creencias, los cuales suelen ir unidos. 

   Para quien cree que es algo más que lo anterior, generalmente estas personas se identifican con su nivel de conciencia, con ese nivel de conciencia que está más allá de los valores morales y de las creencias. Pero ¿Qué es eso que está más allá de los valores morales y de las creencias? Si pensamos que eso es lo auténtico de nosotros mismos, pero no lo tenemos claramente identificado, ¿Cómo podemos ser fieles a nosotros mismos? 

   Por otro lado, vivimos en una sociedad  con la cual no compartimos muchos de sus valores, en una sociedad que a veces nos presiona o nos fuerza a que hagamos cosas que no queremos hacer, cosas que son contrarias a nuestras convicciones. En esta situación: ¿Podemos ser siempre fieles a nosotros mismos?

  El agua nos da una respuesta sabia: En ella se diluyen, se disuleven,  infinidad de cosas ajenas a ella misma, adopta la forma de aquello que la contiene o de aquello por donde corre, y sin embargo, siempre nunca pierde su verdadera naturaleza. Aquí tiene más capacidad para hacernos comprender las imágenes que nos hagamos del agua, que todos los conceptos de nuestra mente. 


   Los aspectos principales de la fidelidad a nosotros mismos se expresan en nuestras tensiones. Veamos algunos ejemplos: 

  *El deseo y la moralidad.- Es frecuente que cuando tenemos algún deseo entremos en tensión con nuestros valores morales. En esta tensión, ¿Quién nos representa a nosotros mismos, nuestros deseos o nuestros valores morales? Es decir, ¿Cuál de los dos es más auténtico, más fiel a nuestra verdadera naturaleza?. Difícil respuesta. Sin embargo, unas veces nos identificamos con nuestros deseos y otras veces lo hacemos con nuestros valores morales, como si al identificarnos con uno de los de los dos, ese con el que nos identificamos fuera el más auténtico en nosotros. 

*El amor y la libertad.- También es frecuente que nuestros deseos de sentirnos amados y de amar entren en tensión con nuestros deseos de libertad. Aquí nos encontramos como en el caso anterior: ¿Qué es lo más auténtico en nosotros, nuestros deseos de sentirnos amados y de amar, o nuestros anhelos de libertad? Unas veces tienen más fuerza nuestros deseos de ser amado y de amar y otras veces nuestros anhelos de libertad, ¿Cuando somos más fieles a nosotros mismos?

*Espiritualidad y deseos.- Las personas que optan por seguir un camino espiritual ponen sus energías y su sabiduría en liberarse de sus deseos, pero se encuentran con que dentro de ellos siguen persistiendo sus deseos de conseguir cosas, sus creencias morales, sus deseos de sentirse amados y de amar. Estas personas es como si creyeran que aquello de lo que quieren liberarse no forma parte de ellos mismos, y muchas veces luchan contra ello, quieren derrotarlo. ¿Son conscientes de que se trata de una lucha entre diversas partes de ellos mismos? 



      Creo que lo que puede acabar con estas tensiones no es que unas partes venzan a las otras, sino que cada parte ocupe el lugar que naturalmente le corresponde, pues estamos formados por todas esas partes, y ser fieles a nosotros mismos es que cada una ocupe su lugar natural. Como la mariposa, con sus dos pares de alas completos y bien equilibrados.

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