Culminando su flexible tallo,
a sí mismas siempre fieles,
humildes, año tras año,
retornan receptivas y alegres.
Renovándose
desde sus esencias perennes,
vestidas de claros colores,
pero desnudas de ilusiones.
De poco interés
para quien busca más placer,
pero celestes diamantes
para el caminante que quiera ver.
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