martes, 10 de julio de 2018

PASA LO QUE PUEDE PASAR


  Ante cada situación que se nos presenta en la vida, siempre tenemos al menos dos opciones que creemos que podemos tomar. ¿Cuál es la mejor opción que puedo tomar?

  Si lo que nos planteamos es conseguir nuestros deseos, si escogemos la mejor opción tenemos más posibilidades de conseguir lo deseado, aunque tal vez lo que deseamos no sea lo que más nos convenga. 

  Si optamos por la opción que es más armónica con el fluir natural, podremos conseguir unas cosas u otras, pero siempre aumentaremos nuestro grado de armonía con lo Natural, es decir, con el ritmo del Tao.




    Lo natural está disponible para todos, y con ello tenemos suficiente, pero el Hombre siempre interfiere con ello y busca de conseguir lo que realmente no necesita.

  Ahora veamos lo que ocurre tras haber puesto en práctica la opción que escogimos. Las consecuencias pueden ser muchas, y muchas de ellas imprevisibles. Pero ¿realmente podíamos haber escogido otra opción diferente? A mi modo de ver la respuesta es NO, pues escogimos la opción que escogimos llevados por las posibilidades reales que nos presentaban el Universo, la Naturaleza y la sociedad, así como llevados por nuestro nivel de conciencia. En suma, escogimos la opción que escogimos, llevados por el ritmo del Tao.




  Ahora hagamos un balance sereno y profundo de como ha evolucionado nuestra propia vida. Aunque todos vivimos en la misma sociedad y en el mismo Planeta, a cada uno se nos presentan también circunstancias particulares, pero en cada momento, hicimos lo que hicimos llevados por nuestra visión de la realidad externa a nosotros y por nuestros niveles de conciencia, unos niveles que a lo largo del tiempo han mantenido una mayoría de rasgos siempre presentes, unos cuantos que han evolucionado, y muy pocos que son nuevos, de tal manera, que nuestra vida presenta unas pautas, un hilo conductor que puede seguirse desde nuestra infancia. Pese a que hayamos cambiado muchas de nuestras opiniones, incluso de creencias, y pese a que hayamos hecho cosas muy diferentes entre sí, si miramos el fondo de nuestra conciencia, veremos que las pautas y el hilo conductor se han mantenido a lo largo de nuestra vida. 




   En nuestros niveles de conciencia se mezclan dos grandes aspectos: Nuestra capacidad de comprensión profunda y la fuerza que nosotros ejercer nuestros lastres interiores, lo cuales son creados por nuestras emociones, por nuestro ego y por nuestras creencias. Debido al paso del tiempo y a la evolución de nuestra conciencia, nuestra capacidad de comprensión profunda aumenta y nuestros lastres van perdiendo peso. Ese es el fluir de nuestra vida, un fluir que forma parte del ritmo del Tao.




   Muchas veces nos domina la creencia de que necesitamos conseguir lo que deseamos, o que conseguir lo deseado es lo más importante para nosotros. Llevados por esta creencia, la mayoría de los veces nos esforzamos, nos sacrificamos, luchamos, afrontamos adversidades y realidades, usamos tácticas y estrategias y así creemos que estamos siguiendo nuestra libre voluntad, y sin embargo, hagamos lo que hagamos, siempre pasa aquello que puede pasar, y lo que puede pasar es solamente aquello que permiten el Universo, la Naturaleza, la sociedad y nuestro nivel de conciencia, pese a que muchas de las cosas que pasan puedan ser diferentes o puedan parecerlo.


    En suma, todo lo que pasa es el fluir y el ritmo del Tao. Por lo tanto, yo creo que valdría más seguir el ritmo del Tao que empeñarse en conseguir aquello que deseamos. Claro que, adoptar una actitud más o menos armónica y liberarse más o menos de los deseos, también depende de nuestra conciencia, la cual todavía no está plenamente desarrollada, sino en evolución.

 Nuestra vida sigue, el camino sigue, sigue la evolución de la conciencia, sigue el flujo y el ritmo del Tao.


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