domingo, 15 de julio de 2018

ORDEN, CAOS Y REGULACIÓN


  Con su ignorancia, su torpeza, su estupidez
  y su locura, el Hombre introduce el caos en los órdenes de la Naturaleza.

   Pero ni con todo su conocimiento, su inteligencia, su compasión, y sus valores morales, es capaz de regular los órdenes de la Naturaleza, y mucho menos es capaz de crear nuevos órdenes.


    El Universo, la Naturaleza y las sociedades humanas se rigen por un orden. Ahora bien, no se trata de un rígido o invariable como el de una máquina nueva que funciona perfectamente. Se trata de un orden dinámico, eso significa que hay movimiento, y donde hay movimiento siempre hay cambios. De tanto en tanto, esos cambios dan lugar a situaciones que podríamos llamar caóticas, se trata de sucesos que alteran con mayor o menor intensidad el orden establecido. 

   Cuando el suceso caótico es de poca intensidad, se ponen en marcha unas fuerzas naturales de regulación que tienen a que todo vuelva al orden anterior, y al cabo de un corto espacio de tiempo vuelve el orden anterior con cambios muy pequeños. En estos casos estamos ante situaciones de renovación, de regeneración, de evolución lenta y tranquila. 

   Cuando el suceso caótico es de mucha intensidad, el trastorno producido en el orden es tan grande que las fuerzas de regulación no consiguen volver al orden anterior. En estas situaciones, lo que ocurre es que empieza crearse naturalmente un nuevo orden, el cual, al cabo de un tiempo se consolidará. Esto son leyes del Universo, de la Naturaleza y que se cumplen también en las sociedades humanas, pues estamos ante el ritmo del Tao, y ese ritmo rige por igual para todos los aspectos. 


  En la actualidad, el Ser Humano está produciendo continuamente y de forma creciente, numerosos actos contra el orden establecido de la Naturaleza. Estos actos tienen muchas consecuencias: 

  * Por un lado han producido mayores comodidades materiales, mejor alimentación, mejores condiciones sanitarias y progresos en la medicina, de tal manera que el bienestar material y la esperanza de vida son más altos que nunca. 

 * Por otro lado, cada año se producen millones de muertes por enfermedades producidas o agravadas por las diversas formas de contaminación medioambiental, por suicidios,  por accidentes de tráfico, por accidentes y enfermedades laborales, y entre la mayoría de la población, la cual es pobre, por enfermedades fácilmente curables, por asesinatos, por guerras y otras formas de violencia social y política, por consumo de todo tipo de drogas. 

   * Ante los actos caóticos producidos por el Ser Humano, la Naturaleza desarrolla sus fuerzas naturales de regulación y de creación de nuevos órdenes, y unas veces la regulación consigue volver a la Naturaleza a su orden anterior, y otras veces se producen cambios de orden, cambios como son por ejemplo la reducción o extinción de especies y la alteración profunda del número de determinados individuos en determinados hábitats, o el calentamiento global y el cambio climático. Cambios, nuevos órdenes, que empiezan a constituir unas dificultades crecientes para la existencia de la especie humana. 

   El futuro siempre es una incógnita, pero si los actos caóticos continúan la Naturaleza creará nuevos órdenes y no esperemos que esos órdenes vayan a ser favorables para la existencia de la especie humana. La Naturaleza no creará nuevos órdenes en los cuales aquellos que producen el caos salgan más fuertes y con mayor capacidad para producir más caos. 

   Los actos caóticos producidos por el Hombre en contra del orden de la Naturaleza, tienen otras consecuencias: Aumentan el divorcio entre el Hombre y la Naturaleza, y de esta manera aumentan las dificultades para que el Hombre armonice con la Naturaleza, es decir, para que el Hombre viva en plenitud y en armonía consigo mismo, pues el Hombre es Naturaleza. Todo acto caótico del Hombre contra la Naturaleza es un acto contra sí mismo, pues dificulta su crecimiento espiritual, es decir, su liberación, y por lo tanto es conveniente tomar conciencia de este hecho. 



   Todo lo que necesitamos para satisfacer nuestras necesidades de supervivencia y los pequeños placeres de la vida sencilla, todo lo que necesitamos para desarrollar nuestra conciencia y nuestra espiritualidad, nos lo ofrece la Naturaleza. Y nos lo ofrece con la obligación del trabajo, pero sin que tengamos que hacer nada que altere su orden Natural. 

   Cuando tenemos cualquier otro deseo se debe a que no aceptamos el fluir Natural, y por otra parte, todo lo que hacemos para conseguir ese deseo altera el orden Natural. Sin embargo, se da la circunstancia de que en nuestra sociedad la mayoría de las personas tienen continuamente deseos de cosas que no resultan necesarias, y lo que hacen para conseguirlos altera profundamente el orden Natural y da lugar al orden social de cada momento y de cada lugar. 

  Si nos centramos en el orden social, nos encontramos con que el origen del actual orden social está en todo lo que el Ser Humano ha hecho contra el orden Natural. Todo ello ha creado un orden social que funciona con unos valores que producen en el individuo enormes desequilibrios emocionales y psíquicos, así como insatisfacción, frustración y sufrimiento, pues no se ajustan a la verdadera naturaleza humana. 





       Frente a sus deseos y a sus problemas el individuo y el grupo humano hacen planes para conseguir lo deseado y para solucionar los problemas. A la hora de llevar a cabo esos planes a veces se produce el éxito y otras el fracaso, pero tanto si se consigue el éxito como si se produce el fracaso, el orden social se ve alterado, y entonces actúan las fuerzas de regulación. Si la alteración ha sido poco profunda se vuelve al viejo orden social, pero si ha sido intensa se producirá un nuevo orden, y ese orden traerá nuevos problemas pues seguirá sin responder al orden Natural. En suma, podemos conseguir lo que deseamos, pero no podemos controlar ni las consecuencias que se producirán ni el nuevo orden que surgirá tras lo que hemos hecho para conseguir lo deseado.





    Llevados por la compasión, por el amor hacia la Humanidad, por creencias religiosas, espirituales o por ideales filosóficos y políticos, a veces ciertos grupos humanos hacen planes de mundos ideales e intentan ponerlos en práctica. Pero sean cuales sean los planes y los medios utilizados para ponerlos en práctica, estos grupos parten de dos creencias erróneas: 

  * La primera es que esos planes no responden al orden Natural, pues si aceptaran el orden Natural no harían planes para construir mundos ideales, se limitarían a permitir que el Hombre viviera en armonía con lo Natural, y eso no requiere planes ni crear o construir nada. 

* La segunda es que la acción humana puede cambiar el orden social , pero la acción humana no puede controlar el nuevo orden que surgirá tras haber alterado el orden social.

  Sobre los errores no se pueden construir mundos ideales, y renunciando a construirlos se tiene el tipo de sociedad que ahora tenemos. Y todo ello se debe a que la mayoría de la Humanidad nunca ha tenido en cuenta el mundo Natural, el ritmo del Tao. 

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