jueves, 26 de julio de 2018

LA MONTAÑA DE LOS DESEOS


   Cuando se deja la infancia, todo en la vida del individuo se convierte en una Montaña de los Deseos, donde la esperanza de llegar a la cima es el motor y el sueño que domina la vida del individuo. Todos ponen su energía y sus capacidades en llegar lo más alto posible. Unos intenta la subida formando parte de un grupo social, otros en solitario.





   En la actualidad, la sociedad está muy fraccionada, y aunque existe una lucha de los poderosos entre sí y contra los de abajo para ampliar o afianzar su poder, también existe la lucha de todos los situados más abajo, a veces contra los poderosos, pero la mayoría de las veces entre sí. De esta manera, quien aspira a conseguir sus deseos formando parte de un grupo social tiene que luchar contra los rivales de su grupo, y dentro del propio grupo se producen rivalidades entre individuos y luchas por el poder. 




   Cuando el individuo emprende la subida en solitario, se encuentra con las trabas que le presentan los diversos grupos sociales y otros individuos, y a la lucha contra todos ellos se suma el esfuerzo de la subida. 

   Tanto en grupo como en solitario, unos se despeñan en la subida, ya sea resbalando o siendo empujados, otros se agotan por falta de energía o por las luchas contra los demás escaladores, los demás van conquistando cotas, pero en cada una de ellas se presenta la necesidad de comparar el precio pagado con las satisfacciones conseguidas, y se producen cuatro reacciones: 

  * Unos creen que valió la pena y siguen subiendo.

  * Otros creen que el esfuerzo es muy duro y se paran a disfrutar de lo conseguido, o bien continúan subiendo pero más despacio y eligiendo muy bien la ruta. 

  * Sea una u otra la reacción, casi todos creen que la Montaña de los Deseos es el único mundo posible, pues pese a todos los riesgos y al precio pagado, para la gran mayoría la subida por la Montaña es la única posibilidad de conseguir placeres y satisfacciones, la única forma de combatir el dolor. 

  * Una minoría entiende que detrás de la Montaña de los Deseos existe otro mundo que se rige por otros valores, y entonces abandona la Montaña de los Deseos y busca otros caminos, ya sea en grupo o en solitario.





   Quien camina en grupo se siente más protegido y puede compartir afectos. Pero tiene que seguir las normas y la ruta que le marca el grupo, pues el grupo las considera como las única verdaderas, las únicas por las que se llega al Lugar Deseado. Y en todo grupo surge un pastor que adopta la forma de Gran Maestro y sólo él conoce la mejor ruta, sólo él sabe interpretar los mapas de los sabios, sólo él tiene las respuestas. 




    Quien camina en solitario sólo dispone de los mapas dejados por quienes caminaron antes que él. Su soledad es su libertad y su guía. Tendrá que ir desbrozando su camino, y así aprenderá a distinguir su horizonte, y aunque puede perderse, no se perderá si tiene claro el horizonte, si tiene claro que todo llega a su tiempo y a su propio ritmo, si entiende que el Lugar Deseado es un espejismo, una ilusión, si comprende en toda su profundidad que lo más importante es el horizonte
y el caminar diario. 

   Montaña de los Deseos, para unos la mayor trampa, para los demás su lastre y su inevitable escuela. 



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