Aunque no podemos conocer la realidad total del mundo, realidad que se mantiene eterna en su esencia y en sus leyes y cambiante en su fluir, sí que podemos armonizar con esa realidad, y esta armonía siempre nos produce una sensación de bienestar y de serenidad.
En su flujo continuo y cambiante, a veces la realidad nos resulta favorable, nos produce placeres y nos concede nuestros deseos. Esto también nos produce una sensación de bienestar y a veces también de serenidad.
Viendo estas dos fuentes de bienestar, se nos plantean dos caminos:
* El de la búsqueda de la armonía con la realidad.
* El de la búsqueda del bienestar.
Conviene ser muy consciente de las diferencias entre estos dos caminos y de las diferentes consecuencias que cada camino conlleva.
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