Si analizamos a fondo el significado de la palabra resignación veremos que su significado real es que hemos luchado contra algo o contra alguien, o contra cualquier tipo de poder, o que nos hemos resistido a algo y que hemos sido derrotados y no vemos posibilidades de alcanzar ningún tipo de victoria o de impedir que algo temido suceda.
Si creemos que lo más importante es conseguir lo que deseamos, el significado de esta palabra se convierte en impotencia y escepticismo, con lo cual se cierran nuestras puertas y ventanas ante cualquier posibilidad de escapar a los problemas y al sufrimiento.
Si creemos que lo más importante es conseguir lo que deseamos y nos centramos en las relaciones con quienes nos rodean y con el resto de la sociedad, el significado de la palabra aceptación es estar de acuerdo con la mayoría de los valores dominantes de nuestra sociedad o de quienes nos rodean directamente, o bien tolerarles aquellas cosas que consideramos como defectos.
En relación con los demás, ¿cuáles serían las diferencias entre resignación y aceptación?
Si las palabras resignación y aceptación las aplicamos a nuestras relaciones con la Naturaleza, la palabra resignación significara sentirse derrotado por una Naturaleza a la que pretendemos someter a nuestros deseos, y que al intentarlo le causamos diferentes tipos de daños o de desequilibrios.
En relación con la Naturaleza, la palabra aceptación significa buscar la armonía con Ella y con nosotros mismos, pues somos Naturaleza y estamos regidos por las mismas leyes que Ella.
Intentar imponer nuestro poder y control sobre la Naturaleza para conseguir así nuestros deseos, o por el contrario, seguir un camino de búsqueda de la armonía con Ella, es lo más importante de nuestra vida, y no ser conscientes de esta importancia nos condena a padecer los diferentes problemas que ahora tenemos, a tener las mismas y tan variadas necesidades que ahora tenemos, a la resignación y al escepticismo.
Hoy es San Silvestre,
y para que el día resulte alegre,
he aquí un rosal silvestre.
El dicho popular decía:
"San Silvestre,
despídete de éste."
Los creyentes son aquellos que piensan que la solución a todos los problemas del individuo y de la humanidad pasa porque en el conjunto de la sociedad se impongan aquellas idea en las que ellos creen.
Frente a los creyentes, (muchas veces más en contra de los creyentes que de sus creencias), están los escépticos, los que no creen en ninguna creencia o desconfían de todas ellas.
El creyente, debido a los dogmas de su creencia, tiene una visión parcial, corta y estrecha de la realidad, lo cual imposible que pueda entender como se relacionan entre sí todas las partes de la realidad, con lo cual, cuando intenta mejorar esa realidad pocas veces tiene éxito y con frecuencia causa más daño del que pretende evitar.
Por otra parte, el creyente se esclaviza a todo lo que tiene que hacer para poder imponer sus creencias a la sociedad, y cuando lo consigue se convierte en un tirano.
En el otro extremo de esta visión dualista el escéptico cierra sus puertas y sus ventanas a cualquier posible solución a sus problemas y sufrimientos, pero el escéptico necesita refugios que le sirvan de alivio y de consuelo a su dolor.
Los únicos refugios que puede hallar (pero que no siempre halla), son los placeres materiales y sensuales, los que le produce sentirse amado y sus creencias y actos morales. Pero al intentar conseguir sus placeres a veces daña los demás o a sí mismo, a no ser que se conforme con placeres sencillos o con los regalos de la vida.
El dualismo creyente-escéptico no permite ver que existe otro camino: Se trata del camino libre y liberador de guiarse por la propia conciencia, por la propia intuición y por las propias convicciones internas, las cuales solamente se hallan en ese lugar que está más hondo que los valores morales, que la mente, que el ego y que las emociones.
Sólo quien se guíe por lo más de sí mismo podrá hallar caminos de liberación, caminos que no le lleven a caer en ninguna creencia ni tampoco en el escepticismo cuando no consiga las sensaciones de bienestar que tanto busca. El objetivo no es el bienestar, lo que realmente importa es la armonía con nosotros mismos y con el todo del que formamos parte.
"Cuando contemplamos algo y lo vemos
bello,
algo, en cambio, resulta feo.
Cuando contemplamos algo y los vemos
bueno
algo, en cambio, resulta malo."
Lao Tse. Tao Te King. Cap. 2
Nadie parece tener en cuenta estas palabras de Lao Tse, y aunque tenemos dos ojos, es como si sólo tuviéramos uno, y ese ojo se dedicara a ver lo bello y lo bueno, y a intentar que ambos derroten a lo feo y a la malo.
¿Somos conscientes de cuales son las consecuencias de esta visión de las cosas?
¿Existirá alguna relación entre nuestros problemas y esta forma dualista de ver las cosas?
Lo más importante no es cuales puedan ser las respuestas, lo verdaderamente importante es ser conscientes de todos los aspectos que contienen estas preguntas.
Nuestra mente, nuestro ego y nuestras emociones, son dualistas y una de las consecuencias de la visión dualista es ver el mundo, nítida e incluso radicalmente, dividido entre lo que existe en el exterior y el interior de nuestra piel.
Esta visión dualista se expresa también en la importancia que cada persona le da a esos dos mundos. Así, hay quienes piensan que todas las respuestas que merecen la pena, todas las satisfacciones, todos los placeres, y todas las soluciones a los problemas y al sufrimiento, están en el mundo externo a su piel, considerando que este mundo es imperfecto y que hay que cambiarlo o bien adaptarlo a sus deseos personales. Estas personas son conscientes de que tienen un mundo interior, pero piensan que ese mundo depende de lo que pasa fuera de su piel y de como se relacionan con lo externo, con lo cual no se dedican a cultivar ni a cambiar su mundo interior, a lo más que llegan es a cambiar de opinión sobre algunos aspectos del mundo externo.
Por otro lado, existen personas que piensan que todas las respuestas, todas las satisfacciones y todas las soluciones, están en su mundo interior. Así creen que han de transformar su mundo interior para que el mundo exterior no les cause dolor y no les robe su libertad. Estas personas dicen que mientras no se transforme el mundo interior del individuo no podrán solucionar ninguno de los problemas que afligen al individuo y al conjunto de la sociedad, y debido a esto actúan muy poco en el mundo de las relaciones sociales y políticas.
Tanto quien se centra en lo exterior como quien se centra en lo interior, tienen una visión parcial e incompleta de la realidad exterior y de sí mismos.
Las personas que todo lo centran en el exterior están atados a lo que creen que tienen que hacer para cambiar lo externo, y además, siempre que actúan causan algún grado de destrucción o de daño a los demás. Junto a esto está la insatisfacción y la frustración, pues pocas veces consiguen que el mundo exterior les guste, y por último, dejan descuidado su mundo interior.
Las personas que se centran en su interior muchas veces se atan a lo que creen que tienen que hacer para transformar ese mundo, y además, en la mayoría de las situaciones de su vida no pueden escapar a las perturbaciones, al dolor y a la opresión que les produce el mundo exterior, y no pueden evitar que el mundo exterior y los demás sean como son. Por otra parte, aprenden muy poco de lo que existe fuera de sí mismos, con lo cual el conocimiento que necesitan para su vida siempre es incompleto, sobre todo cuando prestan poca atención a la Naturaleza.
Entre estas dos visiones dualistas está el hecho de que tanto lo que existe fuera como debajo de nuestra piel, todo ello está compuesto de la misma materia, energía y esencia y regido por las mismas leyes, y esas leyes son las que rigen al conjunto del Universo, pues sólo existe un mundo.
Así, de lo que se trata es de orientar nuestra vida hacia el horizonte de intentar superar este dualismo para podernos ver a nosotros mismos con una parte indiferenciada del todo, es decir, fundidos con el todo.
Desde el pasado día 22 de Diciembre, el Padre Sol luce cada día un poco más de tiempo. Se ha iniciado la etapa yang en cuanto a la luz. Las flores son el mejor exponente de las reacciones de plantas ante la energía luminosa del Padre Sol.
Creo que es conveniente que seamos conscientes de los ciclos de la Naturaleza, sobre todo cuando el próximo día 31 de Diciembre se celebre el fin del año, de un año cuyo calendario está hecho sin tener en cuenta ninguno de los ciclos de la Naturaleza. Por lo tanto, se celebra algo ajeno a la verdadera naturaleza humana, y algo que la niega, y que nos hace vivir divorciados de ella.
Somos Naturaleza, y ser conscientes de sus ciclos nos sirve para ser más conscientes de nosotros mismos y de cual es nuestra verdadera esencia. Pero no somos conscientes de esto, pues nos centramos en nuestros problemas y en conseguir lo que deseamos. Y al no ser conscientes tampoco nos damos cuenta de que nuestros problemas se deben a nuestra falta de armonía con lo que somos y con la Naturaleza de la que formamos parte.
"La esperanza y el miedo son fantasmas
que surgen de pensar en el yo.
Cuando dejamos de vernos como un yo,
¿Qué hay que temer?"
Lao Tse. Tao Te King, cap. 13
Toda esperanza es un deseo de nuestro ego de que las cosas sean como las deseamos. Toda creencia, ya sea religiosa o no, ofrece la salvación del ego, y es el ego del creyente el que busca esa salvación. Por lo tanto, ya tenemos a nuestra conciencia y a nuestra verdadera esencia prisioneras de nuestro ego.
Por otro lado, toda esperanza exige hacer cosas para alcanzarla, a veces incluso luchas, y eso hace que quedemos esclavizados a lo que tenemos que hacer y a las luchas. Todas las tragedias, tanto las del individuo como las del conjunto de la sociedad, siempre han sido causadas por el ego, por los deseos y por las creencias.
¿Podemos poner nuestras esperanzas en los demás? Ellos, tanto los que nos rodean como el resto de la humanidad, son unos seres llenos de limitaciones y de contradicciones, y la gran mayoría está prisionera de su ego, de sus deseos y de sus creencias.
¿Podemos poner nuestras esperanzas en nosotros mismos?. Al igual que los demás, somo unos seres llenos de limitaciones y de contradicciones, aunque siempre tenemos la opción de ser conscientes de ellas y de buscar una senda propia para liberarnos de su tiranía.
En realidad tenemos dos opciones:
* Basar nuestra vida en intentar conseguir que se cumplan nuestras esperanzas.
* Basar nuestra vida en intentar liberarnos de nuestro ego, de nuestros deseos y de nuestras creencias para así permitir que lo natural fluya libremente y que nosotros podamos fluir en armonía con ello.
Todos conocemos ese dicho que dice:
"Lo último que se pierde en la esperanza."
Pero yo creo que lo que NOS pierde, lo que impide que nos liberemos del sufrimiento, es estar dominados por las esperanzas.
El indudable que esta es mi creencia, y es la creencia de una persona que tiene un ego y unos deseos, pero no se trata de qué opinión te merecen mis palabras, ni tampoco se trata de hasta que punto las consideras acertadas o erróneas, de lo que se trata, lo que realmente importa, es cual es la capacidad de mis palabras para provocar el ahondamiento interior en busca de caminos propios de liberación.
...pero la inteligencia
que tanto nos enorgullece,
recurre a la complejidad
para obtener lo que quiere,
y así se pierde la libertad.
El éxito y el fracaso,
a una sola creencia
siempre están encadenados,
creando las mismas tragedias.
¿Qué esperanza nos ha cegado?
En invierno, antes de desnudarse,
algunos árboles
se visten con rojos y dorados trajes.
En primavera,
de brotes verdes será el ropaje,
y no necesitan otra vestimenta,
ni diseñador, ni pasarela,
ni sastre,
ni costurera.
Extraviado es aquel al que dominan sus deseos, sus emociones y sus creencias. Muy pocas veces piensa en las causas y en las consecuencias de las cosas, y cuando piensa, sus deseos, sus emociones y sus creencias le producen conclusiones distorsionadas y erróneas. Además, casi nunca piensa en las consecuencias que para él y para los demás tienen sus actos, y cuando lo hace se justifica a sí mismo y culpa de todo a los demás.
Cuando el extraviado actúa individualmente, siempre es frenado por los demás, y a veces también por su propia moralidad, de tal manera que sólo se hace daño a sí mismo a unos pocos que le rodean.
Cuando el extraviado se une a otros extraviados en torno a una creencia común, este grupo se vuelve muy peligroso para el conjunto de la sociedad. En estos casos sólo hay dos límites a sus actos: Los valores morales y la fuerza del resto de la sociedad.
La mayoría de los valores morales son derrotados casi siempre por las creencias, con lo cual sólo el resto de la sociedad puede frenar a un grupo organizado de extraviados. Cuando cualquier grupo se adueña de la sociedad se acaban las libertades y la sociedad es arrastrada a la locura y a la tragedia.
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El pensador primero fue un extraviado, pero llevado por las consecuencias dolorosas de sus extravíos o de los extravíos ajenos, empezó a usar la razón para averiguar las causas y para prever las consecuencias. El pensador puede equivocarse algunas veces en sus juicios y en las soluciones que propone, pero la mayoría de las veces está en lo cierto.
El pensador tiene dos debilidades. La primera es el peso que aún siguen teniendo en él sus deseos, sus emociones y sus creencias. La segunda es que sus juicios y las soluciones que defiende se quedan en el nivel de la razón y ésta tiene poca fuerza, poca energía, a la hora de poner en práctica aquello que el pensador considera que es lo más adecuado.
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El sabio es un pensador evolucionado. El sabio comienza a serlo cuando empieza a buscar en los siguientes caminos:
El primero es escuchar a su conciencia, a esa conciencia que está más honda que la razón y que los valores morales y éticos.
El segundo es usar la sabiduría de los sabios anteriores no como una doctrina o creencia, sino como un mapa y una inspiración.
El tercero es buscar la sabiduría en todo lo que muestran el Universo y la Naturaleza.
Pero el sabio no es un sabio completo hasta que no se ha liberado del todo de sus aspectos de extraviado y de pensador, y hasta que sus actos no salen de él de forma totalmente espontánea, es decir, sin tener que hacer ningún esfuerzo.
¿Qué pensará la paloma?
¿Qué pensará el gato?
Siempre pensando:
En como conseguir lo que deseamos.
En como conocer lo que ignoramos.
En por qué pensamos lo que pensamos.
En qué sentimos, con qué nos emocionamos.
En qué es lo bueno, qué es lo malo,
qué es lo libre, qué es lo tiránico,
qué es lo erróneo, que es lo acertado.
Siempre pensando
¿Qué hacemos cuando no pensamos?
Ahí están los senderos
del sabio
y del extraviado.
Tu alegría y tu paz tienen su canción,
la música, el petirrojo la crea,
tu escribes la letra
cuando decides en qué pones la atención.
Emerger de entre la niebla,
como lo alto emerge de lo hondo.
como nuestra conciencia
emerge de entre nuestro ego,
como nuestra sabiduría
emerge de entre nuestras creencias,
como nuestra libertad
emerge de entre nuestros deseos.
He aquí a nuestro ego sintiéndose más importante que los egos de los demás.
En todas las tradiciones espirituales de Oriente, se considera que para alcanzar las cimas espirituales es preciso apagar al ego.
Sin embargo, para seguir nuestro camino espiritual necesitamos ser libres frente a quienes nos rodean, y para defendernos de ellos y que nos respeten necesitamos recurrir a nuestro ego, pues no conocemos otro medio.
Esto nos suena a contradicción, y para escapar de ella, Lao Tse nos dice:
"Si quieres que algo mengüe,
debes antes permitir que se expanda.
Si quieres librarte de algo,
debes antes permitir que florezca."
Tao Te King. Capítulo 36
¿Dónde está el pajarito?
En la foto anterior el pajarito está, la dificultad para encontrarlo es que está en armonía con las ramas y las hojas, es decir, su ego se confunde con su entorno.
En esta última foto el pajarito ya no está, ya no existe el ego, el ego se ha fundido completamente con árbol, todo está fundido en el Tao.
Amanecer,
don que la Madre Tierra
y el Padre Sol
a nadie le niegan,
aunque esté nublado su interior.
Amanecer,
energía y fulgor
que guían y calientan,
para la conciencia:
¡armonía y liberación!
Que nuestra conciencia sea honda y elevada.
Que nuestra vida sea serena.
Que nuestra serenidad sea luminosa.
Luz del primer día invernal,
luz que guardará
la semilla que será
tallo y flor primaveral.
