lunes, 31 de julio de 2017

REGALOS DE LA VIDA




     Los regalos son para compartirlos. 

DESEOS, AUSTERIDAD Y MORALIDAD


     En Occidente y en Oriente Medio ya desde la Antigüedad algunos vieron la relación directa entre una gran parte de los males que afligían al Hombre y los deseos de tener más de lo que se necesitaba. Ante esto propusieron como solución la austeridad y unas complejas normas morales. 

  La austeridad siempre ha consistido en intentar vivir con el mínimo imprescindible, incluso en la más absoluta de las pobrezas, pero sobre todo, ha consistido en presentarla como una virtud moral frente al vicio y a la inmoralidad de ciertos deseos, sobre todo frente al vicio del hedonismo y frente a los placeres del sexo, pues en Occidente y en Oriente Medio la única visión que existe es la visión dualista, donde las cosas son blancas o negras, buenas o malas, bellas o feas, y donde lo blanco está en guerra contra lo negro, lo bueno contra lo malo, y lo bello contra lo feo. 



   Hasta la ahora, en esta guerra ningún principio dualista ha resultado vencedor o derrotado, sino que ésta guerra siempre ha sido un fracaso.

 En primer lugar ha sido un fracaso porque no se atiene a la realidad de las cosas, las cuales ni son blancas ni son negras, ni son buenas ni son malas, ni son bellas ni son feas, las cosas son todas igualmente necesarias y son sencillamente partes, fuerzas y energías del fluir natural de la vida, un fluir que no se rige por los deseos del Hombre, ni por lo bueno, ni por lo malo, sencillamente es el fluir natural del Universo.

   En segundo lugar, ha sido un fracaso porque la conducta humana se sujeta pocas veces a las normas morales o a la razón, y así el individuo se encuentra con que tiene deseos y con que tiene la tentación de conseguirlos, y si el deseo sigue aumentando, llega un momento en el que la moralidad y la razón son derrotados por el deseo.

    El error consiste en declarar la guerra a los deseos, pues los deseos sólo se reducen o desaparecen debido a dos causas:

  * La primera es mediante la comprensión profunda del daño y del dolor que cada deseo produce y esta comprensión, la mayoría de las veces se produce solamente debido a situaciones traumáticas o de mucho peligro. 

  * La segunda causa es mediante la comprensión profunda de las leyes que rigen al Universo, de su aceptación y de la armonía con ellas, y esto es un proceso interior del individuo, y es un proceso lento.


    Con la llegada del capitalismo la austeridad empezó a sufrir un continuo desprestigio, ya que no se puede considerar una virtud a algo que va contra el consumo de bienes materiales, siendo este consumo la base del negocio capitalista. Por otra parte, las ideología revolucionarias nacidas en el siglo XIX en oposición al capitalismo, ven en el deseo de mejora de las condiciones materiales de vida y de la consecución de las libertades y derechos políticos, la manera de acabar con la pobreza, las desigualdades y la opresión que produce el capitalismo. 

   Así, tanto para los defensores del capitalismo, como para sus contrarios revolucionarios, conseguir los deseos se convertirá en la primera causa para ser felices. De tal manera que todo el mundo pide libertad para conseguirlos, y tras el derecho a la vida, se convierte en el principal derecho del ciudadano. 




     Ahora bien, hay que reglamentar la forma de conseguir los deseos, tanto para evitar abusos y daños, como para que todo el mundo tenga las mismas oportunidades, y esto se hará a través de dos medios: Las leyes y la moralidad. 

  Pero volvemos a encontrarnos con que si el deseo crece, siempre llega el momento en el que el individuo viola las leyes o usa métodos inmorales para conseguir sus deseos. De nuevo estamos ante una guerra entre lo bueno y lo malo, y ante el verdadero fracaso de esta guerra, puesta esta guerra hace que no se tenga en cuenta que el problema no está en cómo se consiguen los deseos, sino en cómo nos esclavizan todos aquellos que no necesitamos para nuestra supervivencia o que no se adaptan al natural fluir de las cosas. 

   La comprensión profunda de esta esclavitud es un proceso interior del individuo, y este proceso es siempre largo. 


sábado, 29 de julio de 2017

VIDA EN LOS ESTÉRILES CEMENTO Y ASFALTO.



      El Hombre es más inteligente,
     pero el gorrión es más sabio
     ya que de la locura humana es superviviente. 
     

DESARMONÍAS Y ESPIRALES


   En un momento dado de la Prehistoria, algunas sociedades optaron por la vía de intentar dominar a la Naturaleza para poder conseguir así más fácilmente aquello que necesitaban. Como éstas sociedad pronto empezaron a dominar a las demás
se cerraba así el camino de buscar la armonía con la Naturaleza. 

  El Hombre halló en su gran inteligencia el mejor medio para empezar a dominar a la Naturaleza, y pronto obtuvo éxitos importantes, lo cual le permitió tener cada vez más segura la comida y los demás aspectos de su supervivencia. Estos éxitos reforzaron el camino de dominar a la Naturaleza. Sólo una minoría entendió que ese camino no era lo más importante y que había un mundo interior y espiritual que a ellos les resultaba más satisfactorio, pero esta minoría siempre ha sido muy pequeña y sin capacidad para influir en las diferentes sociedades. 



    Su inteligencia y sus éxitos produjeron la capacidad de crear cosas nuevas (ropas, cerámicas, armas, objetos de lujo, herramientas, técnicas agrícolas y ganaderas), cosas que no eran imprescindibles para la supervivencia pero que hacían la vida más cómoda o daban ventajas a quien las poseía sobre el resto del grupo humano o sobre los demás grupos humanos, y así nacieron los deseos de poseer más de lo que realmente se necesitaba. 



    Se iniciaba así una espiral en la cual, cada nuevo descubrimiento no sólo daba ventajas a quienes lo poseían, sino que a medio y largo plazo permitía la creación de cosas nuevas más eficaces, más cómodas, más poderosas, más placenteras, y así hasta la actualidad. 

   Pero pronto se dió la circunstancia de que el deseo de poseer estas cosas era mayor que la posibilidad de conseguirlas por parte de todos, y de aquí nació la rivalidad y el conflicto, tanto dentro de cada grupo social, como entre grupos sociales diferentes. Junto a su inteligencia, el Hombre utilizó los diferentes afectos y emociones con los que la evolución le había dotado, y así a los lazos familiares, de clan, de tribu y más tarde de nación, los convirtió en un método muy eficaz a la hora de conseguir sus deseos de cosas que realmente no necesitaba, y así hasta nuestros días. 

                  **********************

   En la actualidad, el individuo tiene que ganarse la vida trabajando, incluso los más ricos se dedican a ser más ricos. Unos trabajan para otros, y los demás trabajan por su cuenta. 

   El que trabaja para otros se encuentra con que tiene que rivalizar con sus compañeros y sufrir las presiones y el poder de sus jefes, y lo hace a cambio de un salario que nunca le resulta suficiente para cubrir lo que él considera que son sus necesidades. 

   El que trabaja por su cuenta está sometido a las luchas y conflictos contra sus competidores, y a todo lo que tiene que hacer para conseguir que le compren sus productos o les pidan sus servicios, y siempre cree que no consigue suficiente o lo que en justicia le corresponde. 

   Esto tiene dos grandes tipos de consecuencias sobre el mundo emocional y psicológico del individuo. En el primer tipo encontramos la frustración, la insatisfacción, la ansiedad, el miedo, el estrés, los sentimientos de injusticia por creer que no se es lo suficientemente valorado, y la incertidumbre sobre el futuro. 

   En el segundo grupo está el hecho de que el individuo no puede desarrollar una vida afectiva satisfactoria, es decir, no puede amar y ser amado como le gustaría, ya que todos los aspectos laborales dominan sus emociones y su psique, y por lo tanto tiene una enorme influencia sobre el mundo de la familia, de la pareja, de los amigos y de las personas afines.    



   Ante estas consecuencias dolorosas, en nuestra sociedad se producen diversas reacciones. Sólo unos pocos recurren a las satisfacciones de la libertad interior y del mundo creativo, o a las satisfacciones y a la serenidad que produce el mundo interior, el mundo espiritual, y por lo tanto, la gran mayoría recurre a otros caminos. 

   El más común es intentar conseguir deseos que derroten a ese dolor. Esto condena a quienes siguen este camino a la espiral de que cuanto más lo intentan más refuerzan ese mundo que les causa el dolor al que pretenden derrotar. 

   Otro recurso muy habitual consiste en recurrir a las sustancias estimulantes y a las adictivas: café, tabaco, alcohol, y a veces otras sustancias con efectos más intensos y más dañinos. Poca gente sabe empezar el día sin café, muchos evitan el tabaco, son menos los que evitan el alcohol. Estas personas no saben funcionar sin esas sustancia y entran en una espiral que les debilita la salud y a veces dificulta las relaciones afectivas con sus seres queridos, y que por lo tanto les crea más dolor. 

   También están los que se refugian en las diferentes aficiones banales, en aficiones y actividades deportivas, en las creencias religiosas, en las ideologías políticas, en las actividades caritativas de las ONGs. Y están los que mantienen unas intensas relaciones emocionales y de dependencia con sus mascotas.  Es frecuente que muchas de estas personas molesten o incluso dañen a los demás, con lo cual crean una espiral de más dolor, ya que sienten el rechazo o incluso la hostilidad de aquellos a los que molestan o dañan. 

   Todo esto son estrategias y tácticas para vencer o para soportar el dolor, pero ninguna acaba con la raíz del problema y todas crean espirales dolorosas, ninguna permita la libertad, ninguna cambia el rumbo de las cosas y todas son obstáculos para que el Hombre viva conforme a su esencia y en armonía con la Naturaleza.  

   

jueves, 27 de julio de 2017

EL ELOGIO DE LO INÚTIL, EL VALOR DE LO SENCILLO






  Si entendemos por inútiles aquellas cosas a las que nadie o casi nadie considera valiosas, nos encontramos con las siguientes ventajas: 

   * Que resultan muy fáciles de conseguir ya que casi nadie las aprecia, y por lo tanto, conseguirlas no provoca rivalidades ni conflictos, y nos ahorramos todo el dolor que las rivalidades y los conflictos nos crean, y no sufrimos frustraciones. 

* Quien aprecia lo inútil se encuentra con que puede conseguirlo por sí mismo y fácilmente y que con ello se siente plenamente satisfecho, y además, no involucra ni nada a nadie. 

 * Quien se halla satisfecho con lo que tiene es libre y está sereno. Es libre porque no depende de nadie y no está atado a lo que tiene que hacer para conseguir sus deseos. Se encuentra sereno porque siente que nada le falta. 

  Se podría objetar a este elogio que en la vida se necesitan cosas útiles para conseguir lo que se necesita, para alcanzar los sueños y para solucionar los problemas. 

   Sin embargo, quien aprecia lo inútil necesita muy poco para cubrir sus necesidades y para sentirse pleno, y además, no causa problemas. 

   En realidad, estamos ante el siguiente dilema:

   Los deseos y la libertad. Hay quien aprecia más conseguir sus deseos que sentirse libre y por ello paga un precio en libertad.

  Quien aprecia más la libertad gusta de las cosas inútiles y de lo sencillo.







    Sencillo es todo aquellos que nos regala la vida, eso que está a nuestra disposición sin que tengamos que hacer nada para conseguirlo. 

   Sencillo es lo inútil y todo aquello que podemos conseguir fácilmente por nosotros mismos. 

   Sencillo es cultivar la sencillez. 

  Sencillo es el camino del que mira hacia el horizonte de su conciencia y se dirige hacia él paso a paso, sin prisas, disfrutando y aprendiendo de lo que encuentra por el camino. 

miércoles, 26 de julio de 2017

REFLEJOS DEL SOL, ESPEJOS DE LA CONCIENCIA








   Alas abiertas para la receptividad,
   alas abiertas para volar. 

OTRAS BELLEZAS




        Estas fotos no están retocadas, están tal cual las  ha captado la máquina. 

      ¿Qué impresión te producen éstas tres primeras fotos?

   No se trata de mariposas, sino de polillas,
   y generalmente apenas si les prestamos atención.


  Las dos fotos siguientes es un insecto, eso a lo que llamamos "bicho", y al que no prestamos atención, y cuando se la prestamos es porque nos resulta molesto o le tenemos un miedo irracional.
  Sin embargo, ahí está su belleza y con muchos de los detalles particulares de su especie, es decir, es algo más que un "bicho", es un ser con características diferenciadas. 



  No somos conscientes de que observamos las cosas según el punto de vista de nuestro ego, de nuestras emociones y de nuestra mente, es decir, desde el punto de vista antropocéntrico, lo cual hace que nos veamos como unos seres especiales, superiores y separados de su entorno y generalmente enfrentados a él. 

   Esta visión es parcial e incompleta, y por lo tanto no nos permite ver el mundo en el que vivimos y nuestra propia totalidad, y por supuesto, nos impide armonizar con el mundo en el que vivimos y del que formamos parte.