Como con mucha frecuencia lo cotidiano, lo ordinario, lo sencillo y lo natural nos resultan duros, feos, sin interés, sin esperanza de mejorar. Debido a ésto, la opción de lo extraordinario cobra mucha fuerza, pues esperamos de ello que nos ilusione, que nos aporte bienestar, que nos dé esperanzas de mejorar nuestra situación.
Así, lo extraordinario es ampliamente utilizado como argumento por los vendedores de todo tipo de creencias y de ilusiones, y muchas veces aparece ampliamente adornado con conceptos como el de maravilloso, oculto, misterioso, inexplicable...
Aunque lo extraordinario tiene la dificultad de poder demostrar sus poderes y su eficacia, y a veces también su existencia, una vez vez despertada la ilusión por ello, a los vendedores les resulta fácil mostrar "pruebas", e icluso hacer "demostraciones" convincentes a los ilusionados.
Los ejemplos de todo ésto se los dejo al lector,
el cual no tendrá dificultades en encontrarlos, pues existen a millares y de todas las formas y colores.
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