En los cardos y en la vida,
junto a las flores están las espinas.
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Cuando al amar surge el odio y el desprecio, es porque se trata de deseo y de amor condicional.
Por otra parte, la línea que separa el odio del desprecio, muchas veces es muy fina o muy difusa.
*Quien ama los placeres, odia las dificultades para conseguirlos, y desprecia la sencillez.
*Quien ama el éxito, odia lo que le hace fracasar, y desprecia a los resignados.
*Quien ama el poder, odia a lo que se le opone, y desprecia a los débiles.
*Quien ama a quienes le admiran, le premian y le aman, odia o desprecia a los demás.
*Quien ama los mundos ideales y a su medida, odia a quienes defienden a lo dominante, y desprecia a los dóciles y a los neutrales.
*Quien opta por desarrollar sus potenciales naturales y espirituales, va viendo los caminos que le llevan a liberarse del amor condicional.
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