*Es tanto lo que ignoramos, que no podemos ser conscientes de ello.
*De aquello que sabemos, sólo somos conscientes de algunas cosas. Lo mismo puede decirse de aquello que comprendemos, de aquello que aceptamos, de aquello de lo que nos hemos liberado, de aquello con lo que armonizamos.
*A veces nos domina alguna creencia, alguna ilusión. Pero, ¿Quién es consciente del poder de sus creencias y de sus ilusiones?
Así, una gran parte de lo que pensamos, de lo que sentimos, de lo que hacemos, tiene sus causas en cosas de las que no somos concientes. Esto nos muestra la importancia de ese mundo desconocido al que llamamos el inconsciente. Y ésto nos lleva a la necesidad de que le prestemos más atención a nuestras respuestas naturales y a aquello que intuimos a través de la serenidad y de la receptividad.
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