viernes, 6 de enero de 2023

ADMIRACIÓN Y SABIDURÍA

 


  Siempre podemos aumentar nuestra sabiduría aprendiendo cosas de todos los seres humanos. Sin embargo, la sabiduría que más valoramos es la de aquellas personas a las que admiramos, y cuando se trata de sabios, sólo consideramos grandes a los que admiramos. 


  Cuando admiramos la sabiduría de las personas, o cuando les admiramos por su sabiduría, nuestras actitudes hacia esas personas pueden ser diferentes:

*Seguimos su sabiduría cuando podemos o cuando nos conviene. 

*Siempre sentimos afecto por ellas. 

*A veces intentamos imitarlas. 

*A veces no nos vemos capaces de imitarlas. 

*A veces nuestra admiración se transforma en cierto grado de sometimiento.

*A veces nuestra admiración se transforma en adoración y en esclavitud. 


 Cada una de éstas actitudes tiene unas causas y unas consecuencias, se trata de ser conscientes de ellas, lo cual es una sabiduría que adquirimos por nosotros mismos y de nosotros mismos. 


 A veces somos nosotros los que nos creemos más sabios que quienes nos rodean:

 ¿Qué creemos que sienten ellos hacia nosotros?

 ¿Qué sentimos nosotros hacia ellos?

De nuevo estamos ante una sabiduría que adquirimos por nosotros mismos y de nosotros mismos. 


  Cuanto más admiramos la sabiduría que adquirimos de las personas, menos valoramos la sabiduría que adquirimos de las demás fuentes. El sabio no hace distinciones entre fuentes de sabiduría, sabe que cada fuente contiene una sabiduría que las otras no tienen, y así, completa su sabiduría. 

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