lunes, 27 de marzo de 2017
UN MUNDO SIN ESTUPIDEZ NI LOCURA
Juan fue a ver a Merlín y le pidió:
-Quiero que me mandes a un mundo sin estupidez ni locura.¿Crees que podrás hacerlo?
-Sí claro. -Respondió Merlín y poco después iniciaba la hipnosis.
Juan se encontró paseando por una ciudad y enseguida entabló conversación con los paseantes. Para su satisfacción, se encontró con que todos pensaban como él, y todos pensaban entre ellos de una manera parecida, y por supuesto, Juan pensó que allí no había ni estúpidos ni locos, y eso se lo confirmó el hecho de la ciudad fuera próspera.
Siguió caminando y se encontró con un edificio en el cual ponía: ALTO TRIBUNAL. Sin saber por qué se sintió atraído entró, buscó una sala donde acababa de empezar un juicio contra una mujer. Pronto vio que el fiscal la acusaba de estupidez y de locura.
La mujer permanecía en silencio, resignada, mientras que su joven abogado hacía lo que podía para que el tribunal, compuesto por un Consejo de Diez Sabios, la declarara inocente:
-Señores del tribunal, mi defendida no está loca ni es estúpida, lo que ella dice es que tenemos que cambiar nuestra manera de ver las cosas, pues nuestra manera de verlas se ha vuelto muy rígida mientras que las cosas cambian continuamente. Ella cree que si no cambiamos de forma de pensar, pronto llegarán todo tipo de problemas.
Acto seguido tomó la palabra el fiscal, y sabiendo de antemano que iba a conseguir la plena aprobación del tribunal, dijo:
-Señor abogado, nuestra forma de ver las cosas nos ha dado siempre muy buenos resultados, además, las cosas que la acusada propone como alternativas son estupideces y locuras.
Después de otros muchos argumentos del abogado y del fiscal, el Consejo de Diez Sabios se retiró a deliberar. No necesitó mucho tiempo, al cabo de media hora volvió con el veredicto, el cual fue leído por un portavoz:
-La acusada ha sido hasta hace unos años un miembro muy útil de nuestra sociedad, pero viendo el informe del Consejo Superior de Psiquiatras y de Psicólogos, y las pruebas que aquí se han presentado, declaramos a la acusada culpable de todas las acusaciones, y ordenamos que sea ingresada en un centro de salud mental, con el objetivo de proceder a su curación y a su reeducación para que vuelva a ser un miembro útil para la sociedad.
El público presente en el juicio aplaudió entre risas de desprecio, y entonces Juan se despertó, y lo hizo, tanto del sueño hipnótico como de sus creencias sobre la locura y la estupidez.
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