miércoles, 15 de marzo de 2017
UN MUNDO DE PAZ Y DE LIBERTAD
Al día siguiente Marta volvió a ver a Merlín, y reprimiendo su indignación, le dijo:
-A ver si a la tercera va la vencida y me envías a un mundo en paz y en libertad.
-De acuerdo, aunque tampoco esta vez te garantizo un final feliz, lo que sí que puedo garantizarte es que aprenderá cosas que no sabes.
-Le respondió Merlín.
Marta se encontró en una ciudad pequeña, bonita, donde la gente estaba serena y contenta, y donde sonreía mucho, pero no vio ningún asomo de estupidez en sus sonrisas. En un pequeño parque se encontró con un hombre de mediana edad que parecería no tener prisa y le preguntó:
-¿Qué hacen ustedes para vivir en paz y además ser personas libres?
El hombre le respondió con otra pregunta:
-¿Qué es para usted la libertad?
Al principio Marta se sintió confusa, pero reaccionó pronto y respondió segura de sí misma:
-Para mí la libertad es que nadie viole mis derechos y que además pueda hacer lo necesario para conseguir mis deseos, eso sí, respetando siempre los derechos y la libertad de los demás.
-Muy bien definido su concepto de la libertad, pero ese concepto no produce la paz, pues cada cual, usando su libertad, quiere un mundo a su propia medida, y como mundo sólo hay uno, pues se producen los conflictos entre los derechos y los deseos de la gente, y eso impide la paz. -respondió serenamente el hombre.
-¿Y cual es su concepto de la libertad? -preguntó Marta, la cual nunca había tenido en cuenta estos argumentos.
-Nosotros la valoramos por ella misma, o si lo prefiere, la libertad es lo que más nos importa, y no la perdemos atándonos a la consecución de nuestros deseos y así nadie viola los derechos de nadie y nadie entra en conflicto con nadie, y viviendo así conseguimos lo que necesitamos a través de los frutos de la libertad de cada cual, pues en libertad cada cual desarrolla sus potenciales naturales, cada cual tiene unos diferentes y así se producen las diferentes cosas que la sociedad necesita. Eso es todo. -Respondió el hombre, y entonces Marta se despertó.
-¿Cómo te ha ido la experiencia? -preguntó Merlín.
-Tenías razón, no ha sido un final feliz, pero he aprendido muchas cosas que no sabía, muchas cosas en las que nunca había pensado pensado, pese a haber estudiado filosofía en la universidad.
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