lunes, 6 de marzo de 2017

REALIDAD INTERIOR


    Nuestras emociones fluctúan continuamente. Unas veces sabemos las causas y otras no, pero en ambos casos, no tenemos ningún control sobre ellas. 

  Nuestro ego siempre está fluctuando, y aunque es más fuerte en presencia de los demás, sobre todo ante aquellos a los que vemos como rivales o que pueden hacernos sombra, y mucho más débil cuando estamos a solas, realmente no podemos controlarlo. 

   Nuestras energías también fluctúan y pocas veces sabes las causas, y tampoco tenemos ningún control sobre ellas.

   Aunque tenemos un nivel de conciencia dominante, también se dan fluctuaciones continuas en nuestra conciencia. No sabemos las razones de estas fluctuaciones y tampoco tenemos el control sobre ellas. 

   Tenemos el mundo de nuestro inconsciente del cual no sabemos nada, a excepción de nuestros sueños, pero esos sueños son muy difíciles de interpretar. Tampoco sobre este mundo tenemos ningún control. 

   Aunque tenemos cierto control sobre nuestros actos, control producido por nuestro sentido de la moralidad o por otras causas, a veces nuestros actos se limitan a obedecer ciegamente a los pensamientos que nos han creado nuestras emociones, nuestro ego, nuestras energías, nuestros niveles de conciencias diferentes al nivel dominante, y nuestro inconsciente. 

   Nos pasamos la vida persiguiendo nuestros deseos, intentando evitar el dolor, y también intentando controlar todos los aspectos de nuestra realidad interior para que esa realidad nos produzca siempre bienestar. Esta actitud nos esclaviza, es una guerra perdida, es una pérdida de energías de energías y es el principal obstáculo para la serenidad y para la armonía. Por lo tanto, permitamos que esas fluctuaciones se produzcan, dejemos que se manifiesten en nuestro interior, observemos esos sentimientos y esos pensamientos, pues sólo cuando hayan agotado su su energía se calmarán, pues en toda fluctuación, entre las cumbres y las depresiones existe una llanura.

  Utilicemos el tiempo de llanura, en él emerge nuestro nivel de conciencia dominante. Ese nivel nos muestra un horizonte espiritual  nos guía hacia él, ese nivel de conciencia es el que nos produce los pensamientos y las intuiciones sobre como orientar nuestra búsqueda de la liberación interior y de la armonía.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario