lunes, 20 de marzo de 2017
UN MUNDO FELIZ
Ramón le pidió a Merlín que le provocara una experiencia intensa en un mundo feliz.
-No sé si volverás más feliz, pero espero que vuelvas más sabio. -Le respondió Merlín.
Ramón se encontró en un paisaje que no tenía nada de especial, pero cuando lo hubo recorrido con la mirada observó que en la lejanía se levantaba un ciudad. Se dirigió hacia ella y, cuando la vista se lo permitió vio que era un ciudad en ruinas. Siguió caminando, y poco después se encontró con una anciana sentada al lado del camino, la cual observaba a los pajarillos y tenía una expresión serena y alegre.
-Buenos días, ¿Qué le ha pasado a la ciudad? -Preguntó Ramón.
-Es una larga historia, pero intentaré resumirla. Verás usted, hace mucho tiempo la gente buscaba la felicidad, para ellos era el principal objetivo, sin embargo, la mayoría se daba cuenta de que no podían alcanzarla y entonces dejaban de buscarla, y se refugiaban en los placeres, en el dinero y en el amor que pudieran recibir, y aunque había conflictos estos pocas veces se convertían en guerras. ¿Me sigue usted? -Preguntó la anciana.
-Sí, perfectamente,continúe por favor. -Pidió Ramón con mucho interés.
-Después vino un tiempo en el que la gran mayoría de la gente puso todo su empeño en ser feliz y la sociedad se fraccionó en muchos grupos con ideas y objetivos diferentes, y entonces empezaron a aumentar los conflictos, todos ellos eran caóticos pues no existía ningún ideal común, y cada vez fueron más intensos, y ya ve usted el resultado. -Concluyó la anciana.
-¿Y qué pasó después?, usted parece una persona feliz. -Dijo Ramón.
-A mi la felicidad no me la nombres. Los supervivientes aprendimos la lección, y ahora, después de tres generaciones desde el final de los conflictos, sólo nos importa trabajar para cubrir nuestras necesidades y cultivar nuestro mundo interior, y yo, como ya no puedo trabajar, pues me dedico a cultivar mi mundo interior y a intentar sentirme parte de la Naturaleza. -Contestó la anciana.
Tras estas palabras de la anciana, Ramón despertó y Merlín le preguntó:
-¿Cómo ha ido la experiencia?
Ramón no contestó a la pregunto y dijo:
-Tiene que haber otras posibilidades de mundos felices.
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