La gran mayoría de las personas, cuando tienen un problema o quieren conseguir un deseo, creen que están ante aspectos concretos, y debido a ésta creencia, buscan soluciones o consejos concretos, eficaces y que además hagan efecto lo más rápidamente posible. A la gran mayoría de éstas personas suele importarles poco las explicaciones generales de como son y como funcionan las cosas, y suelen ver con desprecio a quienes ofrecen una explicacióon general. Ahora bien:
¿Somos conscientes de que sin conocer el funcionamiento general de las cosas las soluciones que aparecen ante nosotros pueden ser falsas?
¿Somos conscientes de que conocer el funcionamiento general de las cosas nos puede permitir evitar muchos problemas, y que cuando tengamos alguno nos puede permitir afrontarlo por nosotros mismos?
Todo está relacionado con todo. Las soluciones concretas a los problemas concretos a veces fracasan y vienen las decepciones, siguen o aumentan las frustraciones, y el dolor continua e incluso crece. Cuando las soluciones concretas tienen éxito sólo sirven momentáneamente, pero no acaban con la raíz de nuestros problemas pues no tienen en cuenta la explicación general de como son y como funcionan las cosas, y tras cada solución concreta y el disfrute de su éxito, más pronto o más tarde aparecerá otro problema concreto.
Todo problema nos produce dolor, o mejor dicho, tenemos un problema porque sentimos dolor, y frente a éste dolor se nos presentan dos vías: Solucionar el problema, o bien conseguir placer suficiente para vencer al dolor. Solucionar un problema, unas veces cuesta tiempo, y otras veces podemos verlo como algo imposible. Ante ésto, la vía de conseguir placer a veces se presenta como la única solución, pues conseguir placer suele resultarnos más fácil y rápido. Ahora bien, mientras nos domina el placer generalmente dejamos de buscar soluciones a las causas de nuestro dolor.
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