Cuando no nos basta con la realidad y con la conciencia que tenemos de ella, las ilusiones nacen como las flores en la primavera.
Las ilusiones son siempre bellas y placenteras, y sin embargo, el dolor siempre está presente de manera doble. Por un lado, porque surgen como un rechazo al dolor, ya sea al dolor natural o ya sea al dolor producido por cualquier artificio humano. Por otro lado, porque para conseguirlas se paga un precio en dolor, y lo paga quien busca el placer y además muchas veces se lo hace pagar a otros.
Cuando se siente dolor, la búsqueda de placer da lugar al nacimiento de las cadenas, de los conflictos, de las destrucciones. Cuando se alcanza el placer, aquello que lo produce se considera cierto y bueno, y mientra el placer dura, nadie dispierta de las satisfacciones de sus ilusiones.
Pese a todo esto, envez de buscar la manera de aceptar la realidad, la gran mayoría de las personas intentan conseguir sus ilusiones, creando así falsas realidades en las que nadie escapa a la alternancia entre el placer y el dolor.
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