Tantas historias como personas, pues cada cual se ve como un ser único y separado, como el centro de una periferia que no le complace ni le satisface, a la que teme y sobre la que quiere imponerse.
Afanes: Muchos y variados, siempre buscando, siempre luchando, por los que sus creencias consideran más altos, y todos sus actos y consecuencias siempre bien justificados en nombre de sus necesidades y de sus derechos sagrados.
Sencillez: O es placer banal o le aburre, y a cuantas más complejidades recurre, más especial se cree, y si por ello no le admiran, se decepciona se amarga o se ofende.
Libertad: Sólo la necesaria para conseguir lo que quiere. Para alcanzar lo deseado el precio es perderla o no alcanzarla, pero mientras el deseo con placeres le premia, da por bien empleadas sus diversas cadenas.
Comprensión: La confunde con el conocimiento necesario para alcanzar los logros que considera más dignos de ser conquistados.
A quienes así no lo ven, a quienes estas historias no cuentan, la mayoría de las personas no les tienen en cuenta, pero siempre les queda la saiduría y la libertad de su so soledad sencilla, serena y plena.
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