Los cardos y las zarzas
también tiene bellas flores
y comparten sus dulces dones
con tan alados corazones.
Todo germen, fruto maduro se hace,
cuando lo complementario fluye,
se une y se esparce.
pero el Hombre no lo acepta
y lo distorsiona con velos de magias,
ilusiones, complejidades y creencias.
¡Las espinas de los cardos y las zarzas,
malas y dolorosas!
¡Qué bellas y placenteras
las alas de las mariposas!
Visión férrea que al Hombre
ciega y atrapa,
y como convencido combate,
le derrota su propia trampa.
pero el avión es una de sus muchas cadenas.
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