Nuestra mente, nuestra intuición, nuestra comprensión profunda, nos pueden mostrar como son muchas cosas y también muchas de las relaciones entre ellas. Sin embargo todo eso necesita de un tiempo para producir sus frutos en forma de armonía y de liberación.
Al buscador espiritual siempre se le presenta la cuestión de qué hacer mientras los frutos no maduran. Unos intentan forzar que los frutos maduren antes recurriendo a varios mediios siempre complejos o que requieren esfuerzo o sacrificio. Otros buscan complejidades en las que ocuparse, sobre todo complejidades de tipo filosófico, e metafísico, esotérico, mágico, etc. Otros buscan actividades sencillas, placenteras o creativas. Otros recurren a las fantasías. A otros les basta con las cosas sencillas que les ofrece la vida así como con las satisfacciones de cad paso que dan.
Tenemos las opciones anteriores y las reflexiones siguientes:
¿Cuáles son las creencias que nos encadenan?
¿Cuáles son las armonías que nos liberan?
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