Futuros imaginados,
siempre más bellos y mejores
que las presentes realidades,
las cuales,
¡Sólo por no complacernos!
Nos resultan duras y las rechazamos.
Futuros por los que vamos luchando
impulsados por gozosos esfuerzos,
pero con inciertos resultados.
Futuros que siempre van llegando,
pero nunca son como habíamos soñado.
De lo vivido en el camino andado:
¿Qué sabiduría nos va quedando?
A lo real, ¿Podemos aceptarlo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario