Ante las luchas continuas entre los seres humanos, el pájaro se pone a salvo, se mantiene alerta, se mantiene reflexivo.
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Hace unos se hizo famosa una frase que decía:
"Paren el mundo que yo me bajo"
Hoy, a mi me parece que podríamos decir:
"Parad estas luchas, que quiero apartarme"
Luchas, conflictos, a todos los niveles, por todos los motivos, con todas las estrategias, con todas las derrotas, con todos los precios pagados por las victorias. Luchas, de cada uno por sí mismo, de todos contra todos, luchas, siempre luchas, todas bien argumetadas, todas bien justificadas. Luchas, dolor, frustración, insatisfación, y ruido, mucho ruidos, siempre ruido, siempre excitación, siempre agitación.
Parad este ruido de sables, parad, que quiero apartarme al silencio sereno de mi soledad, parad, que no quiero involucrarme en vuestras ambiciones, ni en vuestras justificaciones, que sólo quiero vivir en paz para cultivar mi huerto y para compartir mis frutos, que sólo quiero tener mi árbol florido de sabiduría para poder posarme, a descansar, a comprender, a quitarles las espadas y escudos a los guerreros, las persecuciones a los rebeldes, los sacrificios a los santos, y darles la voz a los serenos sabios.
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