Nos engañan los poderosos. Usan sus mentiras para mantener y aumentar su poder. Usan esas mentiras concretas y no otras, porque saben que sólo esas mentiras son las que aceptaremos como verdades. Nos engañan los poderosos cuando creemos que con ellos en el poder podremos conseguir nuestros deseos.
Nos engañan los que critican y atacan a los poderosos. Usas esas críticas y esos ataques para conseguir más poder, más riqueza, más privilegios para elloso solos. Usan esas críticas y esos ataques concretos y no otros porque creen que esta es la manera de que les ayudemos. Nos engañan los críticos y los que se visten de luchadores rebeldes por el bien común, porque creemos que apoyándoles conseguiremos nuestros deseos.
Nos engañamos a nosotros mismos cuando creemos que lo más importante es conseguir nuestros deseos. Y nos engañamos cuando culpamos a los otros de que no podemos conseguirlos. Y así, de engaño en engaño, seguimos sin mirar hacia las verdaderas causas de nuestro malestar, de nuestro sufrimiento, hacia las verderas causas de la falta de sabiduría en la que vivimos.
No nececitamos ni poderosos, ni políticos, ni héroes, ni santos que no nos mientan, la verdad que necesitamos consiste en que despertemos al sabio que todos llevamos dentro.
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