Lo viejo y lo nuevo:
¡Cuánta importancia, cuánto se habla de ellos!
¡Cuánto nublan y ciegan a la mente y a la conciencia!
En su nombre se rechaza y se prefiere, se ataca y se defiende.
Pero sólo son dualismos ilusorios de la mente,
conceptos superficiales y fugaces,
formas y apariencias que ignoran o desprecian a las esencias.
Cosas que van y vienen y que nunca se detienen,
y que no saben entender, ni entienden,
sobre lo que nunca fue ni será nuevo y nunca fue ni será viejo.
Lo viejo y lo nuevo:
Lucha entre ignorancias, lucha sin vencedor,
donde las derrotadas son la sabiduría,
la armonía y la liberación.
Lo nuevo son sólo palos de ciego,
esos palos que se niegan a morir
aunque siempre sean muy viejos.
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