Cuando lo suave y lo blando tienen energía interior estamos ante la vitalidad, ante la flexibilidad, ante el crecimiento.
Cuando lo suave y lo blando no tienen energía interior estamos ante la debilidad, ante la decadencia, ante la depresión, ante el victimismo.
Sobre lo blando y lo duro, lo flexible y lo rígido podemos encontrar la sabiduría taoísta de Lao Tse en los capítulos 36 y 76 del Tao Te King.
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