miércoles, 24 de julio de 2019
SENTIR Y PENSAR
Todos sentimos y todos pensamos. Unos sienten más que piensan; otros piensan más que sienten. Unos creen que es más importante sentir; otros creen que es más importante pensar y todos debaten entre sí, todos quieren imponer sus creencias. Debates, des emociones y de pensamientos reflejando la afirmación, casi siempre orgullosa, de los egos, haciendo mucho ruido, pugnando entre ellos. Ruidos y pugnas que nos confunden, que nos ensordecen y nos oscurecen las manifestaciones y las luces de nuestra conciencia en forma en de intuiciones y de comprensiones profundas.
Necesitamos silencio y serenidad, necesitamos acallar el ruido de las emociones y de los pensamientos, necesitamos poner la atención en la vida y en su flujo, necesitamos escuchar las veces de nuestro impulso interior y no confundirlo con los argumentos de nuestro ego y de sus creencias, y necesitamos evitar todo debate, toda pugna entre las emociones y los pensamientos, pues la sabiduría está detrás, más allá de todo debate y de toda pugna.
La sabiduría está en el silencio sereno, en ese silencio receptivo de nuestra conciencia, en esa conciencia fértil y abierta a lo que todo le llega sin los filtros de nuestras creencias, de nuestras emociones y pensamientos, una conciencia en la que, luminoso se muestra, lo más hondo, lo más elevado, lo más extenso, lo de dentro y lo de fuera, esa conciencia que sólo está despierta cuando duermen las emociones y los pensamientos.
Y toda esta reflexión, ¿De dónde nace, de las emociones o de los pensamientos?. La reflexión es Semilla celeste, pero sólo cuando se hunde en el silencio oscuro y fértil de la Tierra, de ella despierta la sabiduría.
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