jueves, 25 de julio de 2019

RUIDOS, SILENCIOS Y ARMONÍAS


   * Ruidos de deseos, de medios para conseguirlos, de peticiones, des exigencias, de éxitos, de alegrías, de quejas, de lamentos, de frustraciones, de insatisfacciones. 
                                El silencio de comprender, el silencio de morir.


   * Ruidos de egos que quieren brillar, de luchas entre creencias, razones emociones y fes, de victorias, de famas y admiraciones, de frustraciones, de víctimas.
                             El silencio de comprender, el silencio de morir.


  * Ruidos de buscar amor, ruidos de conseguirlo, ruidos de perderlo, ruidos de soledades victimistas.
                            El silencio de comprender, el silencio de morir.


   * Ruidos silenciados, esos silencios del desprecio y del olvido, ese matar el recuerdo de quien murió, o de no escuchar la sabiduría de quien todavía sigue vivo. 
                           El silencio de comprender, el silencio de morir.



    * Todos estos y otros ruidos, los que para los ruidosos son los normales de la vida, ruidos de alegrías y esperanzas convertidas siempre en cadenas, ruidos que, aunque siempre dejan con hambre, ni buscan ni encuentras alternativas, ruidosos que quieren dormirse con sus ruidos y que no quieren que les despierten los silencios de la sabiduría. 


    * El silencio es el ruido que cesa, y es también lo que en nuestro interior suena cuando nos abrimos a la soledad soledad serena, a esa soledad que con sabiduría nos premia.

    * La armonía está compuesta por los silencios que nos producen las comprensiones y la aceptación profundo del natural retorno al seno de la Gran Madre. Silencios que prestan atención a los sonidos de los amores sin condiciones, a las manos y a los labios liberadores, al canto de los pájaros, al viento en las ramas, al arroyo en la montaña, al grillo en el prado, a los rumores de la noche en el bosque, a las al atardecer en la plana..., Sonidos que nos arrullan, que nos duermen, sonidos que tienen como esencia la luz y la frescura de aquellas albas que nos despiertan.  
   

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