miércoles, 28 de marzo de 2018
UN PROBLEMA DIFIFÍCIL
Las flores son vistas como algo bello,
y así no tenemos en cuenta que de las flores nacen los frutos sabrosos que nos nutren, y que dentro de cada fruto hay unas semillas que, al igual que las flores, sirven para que la vida se reproduzca y así podamos tener lo que necesitamos.
Quien tiene lo que necesita y no desea nada más es libre, y toda libertad da unos frutos que sirven, tanto para la satisfacción y la plenitud de quien es libre, como de alimento para los demás.
Los tres aspectos más importantes en la vida de los seres humanos son: Lo necesario, lo placentero y lo liberador.
* Lo necesario es todo aquello que el Hombre necesita para su supervivencia. Sin embargo, en la actualidad el individuo considera como necesarias muchas otras cosas.
* Lo placentero es algo que el individuo busca debido a las sensaciones gozosas que le produce, y también es el mejor remedio que el individuo encuentra para acabar con su dolor y con sus miedos.
* Lo liberador es algo que el individuo necesita para desarrollarse plenamente, tanto en lo relativo a ego como en lo relativo a su conciencia, y es también el único medio para acabar definitivamente con su sufrimiento, tanto el que produce la opresión por parte de los demás, como el dolor que le producen los diversos aspectos de su vida.
Estos tres aspecto están indisoluble y problemáticamente ligados entre sí.
Lo necesario y lo placentero. Conseguir lo necesario casi siempre produce dolor, muy poca gente consigue lo necesario sintiendo placer en todas las cosas que tiene que hacer para conseguirlo. Por otra parte, quien se dedica a conseguir solamente lo placentero, difícilmente conseguirá lo necesario. De esta manera, lo necesario y lo placentero entran en un conflicto irresoluble.
Lo necesario y lo liberador. En la relación entre lo necesario y lo liberador, nos encontramos con que conseguir lo necesario nos resta energías para conseguir lo liberador. Y quien sólo busca lo liberador, difícilmente podrá conseguir lo necesario por sí mismo, y si tienen que procurárselo otros, dependerá de ellos, claro que quienes le faciliten lo necesario pueden hacerlo gustosamente o bien aceptarlo sin rebelarse, pero entonces serán ellos los que no podrán dedicar toda su energía a liberarse. De esta manera, lo necesario y lo liberador entran en un conflicto irresoluble.
Lo placentero y lo liberador. En la relación entre lo placentero y lo liberador, nos encontramos con que al principio del camino liberador, el individuo necesita placeres para soportar el dolor que le causan los diferentes aspectos de su vida. Si no consigue suficiente placer para contrarrestar su dolor, quedará atado a su dolor. Por otra parte, los placeres que le proporciona su camino liberador, durante mucho tiempo no le resultarán suficientes para liberarse de su dolor, y tendrá que buscar otros placeres que le restarán libertad o le crearán dependencias. De esta manera, lo placentero y lo liberador entran en un conflicto irresoluble.
¿Hay maneras de hallar una solución
a lo que parece irresoluble?
Existen maneras reales y posible de solucionar estos problemas, pero le dejo al lector que las encuentre él, pues las que encuentre serán para él más adecuadas y eficaces que las que yo le diga.
Una vez que las encuentre tendrá que ponerlas en práctica, y entonces se dará cuenta de lo que le cuesta poner en práctica una solución liberadora. Pero mientras caminamos, mezclados con el dolor y con los obstáculos, siempre aparecen situaciones de plenitud, de armonía, de bienestar, y el camino continúa, y seguramente comprenderos en toda su plenitud y amplitud, que sólo tenemos dos cosas, pero que nos resultan suficientes:
Cada instante y nuestra conciencia.
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