domingo, 4 de marzo de 2018

SENTIRNOS AMADOS Y AMAR



   Desde nuestros orígenes como especie siempre hemos sidos seres sociales, y hemos sobrevivido como especie porque la evolución natural nos ha dotado del deseo de sentirnos amados y de la capacidad de amar. 

   Necesitamos sentirnos amados para ser cuidados en la infancia, en la vejez, durante las enfermedades e incapacidades, y ante los peligros. Pero la evolución ha hecho que la necesidad de ser amados no dependa de la razón, sino de las emociones, y de los principios del placer y del dolor. Así, cuando somos amados sentimos un placer bello, profundo, satisfactorio, y cuando nos dejan de mar sentimos dolor.

    Así, para volver a conseguir placer y para dejar de sentir dolor, buscamos quien nos quiera, y si no lo encontramos o bien sufrimos, o bien aprovechamos la libertad conseguida para cultivar otros aspectos de nuestra vida.

   La evolución nos ha dotado de la capacidad de amar, puesto que los demás sólo serán amados si quienes les rodean tienen la capacidad de amar. Esta capacidad está sostenida y es estimulada por tres aspectos:

  * El primero es por el placer que se siente amando.

  *El segundo es la compasión.

  * El tercero es el Amor del Universo que siempre está presente en nuestro Espíritu y que se refleja en nuestra conciencia. 

  En nuestra sociedad los mecanismos de la evolución siguen perdurando en nosotros, pero en lo relativo a la necesidad de sentirnos amados y a la capacidad de amar, intervienen de forma muy intensa otros aspectos: 

   *La importancia que le damos a conseguir nuestros deseos.

  * La importancia que le damos a nuestra libertad.

  Estos dos deseos dan a que dentro de nosotros se desarrolle la siguiente dinámica: 

  * Si le damos mucha importancia a conseguir nuestros deseos, y además obtenemos muchos éxitos, entonces se reducirá nuestra necesidad de sentirnos amados, pues los placeres obtenidos con estos éxitos harán que no necesitemos tanto los placeres de sentirnos amados. En este caso la energía necesaria para conseguirlos hará que disminuya nuestra capacidad de amar. 

* Si le damos poca importancia a conseguir nuestros deseos, o bien obtenemos pocos éxitos, entonces nuestros deseos nos producirán pocos placeres, con lo cual nos sentiremos más inclinados a buscar placeres en el hecho de sentirnos amados. En este caso dispondremos de más energía, la cual podremos utilizar para alimentar nuestra capacidad de amar, siempre con la esperanza de que amando seremos recompensados con amor. 

* Si le damos mucha importancia a nuestra libertad, y la que conseguimos nos produce muchas satisfacciones, entonces necesitaremos mucho menos los placeres de sentirnos amados. En este caso, disminuirá nuestra capacidad para amar a una persona concreta, pero aumentará nuestra capacidad para amar al conjunto de la Humanidad y a los seres vivos. 

* Si le damos poca importancia a nuestra libertad y la que tenemos nos produce pocos placeres, entonces aumentará nuestra necesidad de sentirnos amados. En este caso, dispondremos de más energía para dedicarla a aumentar nuestra capacidad de amar a personas concretas, siempre con la esperanza de que amando seremos recompensados con amor. 

   El amor que recibimos y el que damos, son amores condicionales, con lo cual, conseguir ser amados requiere satisfacer los deseos o las necesidades de aquellas personas que deseamos que nos amen. De esta manera, el amor recibido y el dado siempre tienen la consecuencia de una reducción de la libertad, y este hecho resulta imposible de cambiar mientras amemos condicionalmente. No hay que lamentarse, hay que ser conscientes de ello, pues sólo así seremos verdaderamente conscientes de qué es eso que nuestra sociedad llama amor, y como nos afecta, y también veremos que ese amor no es el Amor del Universo. 

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