domingo, 18 de marzo de 2018

TODO ESTÁ BIEN





   Para empezar, el Universo y la Naturaleza están bien, pues si no lo estuvieran todo sería un caos y no existirían ni la vida ni la conciencia. El Universo y la Naturaleza están bien porque crean vida, porque la nutren, porque nos han dotado de espíritu, de conciencia, de todo lo necesario para vivir, de capacidades y de posibilidades. 

   Pero pese a eso, sólo unos pocos individuos comprendieron que el Universo y la Naturaleza estaban bien e intentaron vivir de acuerdo con ellos, sin embargo, el resto de la Humanidad no aceptó que todo estaba bien y ha ido creando diferentes tipos de sociedades regidas por reglas que no están en armonía con el Universo ni con la Naturaleza. Ante esto resulta fácil sacar la conclusión racional de que la sociedad está mal. 

   Ahora bien, nuestra sociedad está todo lo bien que puede estar teniendo en cuenta nuestro nivel de conciencia. Es decir, está lo bien que puede estar teniendo en cuenta las posibilidades reales que tiene la Humanidad a la hora de hallar las mejores maneras de vivir. 

    En nuestra sociedad existen diferentes creencias, diferentes deseos, diferentes maneras de ser, y todo esto crea conflictos y luchas, y eso crea destrucción y sufrimiento. Y de nuevo resulta fácil hacer el razonamiento de que nuestra sociedad está mal. Sin embargo, son todos estos aspectos los ÚNICOS que realmente sirven de escuela a las sociedades, y de ellos es de donde se sacan los escarmientos y la sabiduría para evitar ciertas cosas y para construir nuevas maneras de relación social. Por lo tanto, todo está bien. 

   En cuanto al individuo, sufre por multitud de motivos, está esclavizado a multitud de cosas, y además se encuentra confuso sobre el camino a seguir, es ignorante y comete errores. El individuo quiere ser sabio, y casi siempre justo y bueno, pero unas veces lo consigue y otras no, y además, cuando actúa nunca puede estar seguro de si ha hecho lo más sabio o se ha equivocado. Su nivel de conciencia no le permite más, pero su conciencia tiene la capacidad de aprender de todos sus actos, de todas sus reacciones, y de todo lo que observa, y esa es su mejor escuela, y a veces la única. En este sentido, todo lo que el individuo piense, sienta, haga o deje de hacer, siempre estará bien. 

  Para avanzar en nuestro camino espiritual, necesitamos aprender y elevar nuestros niveles de conciencia, y todo lo que hay en el Universo, en la Naturaleza, en la sociedad y dentro de nosotros mismos, nos resulta necesario y es suficiente para elevar la conciencia. Por eso, todo está bien. 

   Diferenciar entre lo que está bien y lo que está mal es la consecuencia de una visión dualista y moralista de las cosas, y sobre todo, es la consecuencia de vivir dominados por el deseo de que las cosas sean tal y como las deseamos, pero ese deseo es el que nos crea el sufrimiento y la esclavitud. ¿Es malo este deseo? No, también está bien, pues sus consecuencias dolorosas son las únicas que pueden permitir al que lo tiene acabar con su sufrimiento y con su esclavitud. 

  ¿Es el dolor la única escuela para aprender y la única energía para elevar la conciencia?

   Para quienes no  han llegado a un cierto nivel de conciencia la respuesta es SI. Para los demás el dolor propio es secundario, siendo la principal fuente de sabiduría la vida sencilla, la exploración serena, el instante y la conciencia. 

   Como vemos, todo está bien. 

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