sábado, 17 de marzo de 2018

LA TRAGEDIA HUMANA


   A lo largo de toda su historia el Hombre siempre ha conocido el sufrimiento, siempre ha sufrido tragedias, conocido conflictos, ha estado esclavizado a algo o ha dependido de algo, ha estado frustrado e insatisfecho, y siempre ha buscado soluciones. 

   Tanto hoy día como en el pasado, la mayoría de las personas han buscado las soluciones en conseguir sus deseos, ya fuera sus deseos privados, o ya fuera los deseos del grupo humano del que forman parte. 

  Buscar las soluciones en la consecución de los deseos es la causa de todos los problemas de la Humanidad, tanto porque esos deseos se buscan fuera de la armonía con el natural fluir de la vida, como por los conflictos que las luchas por conseguir esos deseos crean. Por otra parte, en la búsqueda de los deseos individuales y en la de los deseos del grupo humano, el Hombre pone todas sus energías, con lo cual no le quedan energías para luchar por el bien común o por soluciones globales. 

   Siempre ha habido y continua habiendo personas que buscan soluciones a los problemas de la sociedad, pero lo hacen desde el punto de vista de las creencias, es decir, desde el punto de vista de considerar que las soluciones sólo son posibles si la sociedad adopta mayoritariamente sus creencias particulares. 

  Comos existen diferentes creencias y cada una de las cuales tiene al menos a una organización detrás, se producen rivalidades y luchas entre ellas, y esto provoca dos grandes consecuencias: La primera es que cada organización acaba por estar más interesada en que triunfen su ideas que en el bien común, y la segunda es que se producen conflictos entre ellas, y cuando hay conflictos hay problemas en vez de soluciones. 

   Siempre ha habido personas sabias que han descubierto diversas maneras de solucionar los problemas y de evitar las tragedias, así como nos han mostrados caminos de liberación de nuestro sufrimiento y de armonía con nosotros mismos y con el Universo, y hasta nosotros han llegados esas sabidurías, e incluso muchos de estos sabios o pensadores gozan de gran gran prestigio, pero pocas personas de las que admiran estas sabidurías son capaces de vivir conforme a ellas, y la mayoría de ellas, en vez de buscar la manera de poder estar a la altura de esas sabidurías, lo que hace es luchar porque esas sabidurías (convertidas por ellas mismas en creencias), se impongan sobre las demás creencias. Y así, las soluciones globales nunca llegan, y así persiste la tragedia humana en sus diferentes formas e intensidades. 

   Tenemos las sabidurías de los sabios y tenemos la opción de seguir un camino espiritual, el cual siempre es individual, que nos permita aumentar nuestra capacidad de vivir conforme a las sabidurías que admiramos. En la medida en que aumentemos esa capacidad, iremos aumentando nuestra liberación, e iremos construyendo una sociedad con menos tragedias. 


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