Somos Universo porque no podemos estar hechos de algo diferente a Él, pues ese algo no existe. El Ser Humano no es capaz de conocer ni de comprender la realidad de que es Universo, pero el Ser Humano tampoco es capaz de aceptar esta incapacidad ni de aceptar las incertidumbres que esa ignorancia le crean, y busca explicaciones que le den certidumbres. Así, nacen las diferentes creencias y teorías sobre el origen del Universo, o sobre si tuvo o no un origen, o sobre si tendrá un final, o sobre su funcionamiento, o sobre cual es el lugar del Hombre en el Universo. A mi, cuando existen tantas creencias diferentes sobre una cosa, se me ocurre que eso muestra la imposibilidad de conocer y de comprender esa cosa, pues si pudiéramos conocer y comprender no existiría ninguna creencia, ninguna teoría, sólo existiría una convicción incuestionable.
Inseparablemente unidas a las creencias sobre el Universo, están las creencias sobre la existencia de las fuerzas sobrenaturales, ya sean las mágicas o bien sean los dioses, o la Divinidad, es decir, el Todo, el Absoluto, o bien sean las creencias que rechazan la existencia de estas fuerzas sobrenaturales.
Imaginemos que esas fuerzas sobrenaturales existen. ¿Es posible conocerlas y comprenderlas en su totalidad? ¿Sabemos como influyen sobre nuestras vidas?
El hecho de rechazar la existencia de estas fuerzas sobrenaturales sólo elimina la cuestión de conocerlas y de comprenderlas, pero queda la cuestión de explicar la existencia del Universo sin la existencia de estas fuerzas sobrenaturales, y también queda la pregunta sobre como influyen el Universo y sus leyes en nuestras vidas.
No importa cual sea la atención que les prestemos, no importa lo conscientes que que seamos de ellos, los aspectos relacionados con el Universo son los más importantes de nuestras vidas, pues nuestra existencia, nuestra naturaleza de seres humanos, nuestra conciencia y nuestro espíritu, dependen de como es el Universo.
No podemos conocer todos los aspectos del Universo ni comprenderlos, pero aquello que podemos conocer y comprender nos resulta suficiente para alcanzar la liberación y la armonía. Todo es cuestión de tomar conciencia de esto, de tomar conciencia de que el Hombre es Uno con el Universo, de que el Universo es la Divinidad, de poner las bases de nuestra vida y de caminar hacia nuestro horizonte sobre esta toma de conciencia.
Sin embargo, vivimos nuestras vidas centrados en conseguir nuestros deseos, en sentirnos amados, en solucionar nuestros problemas, en escapar a nuestras preocupaciones, en conseguir placeres, y esto hace que dediquemos casi toda nuestra energía a estos aspectos, que nos olvidemos de nuestra relación con el Universo, y que no seamos capaces de ver la relación que existe entre la poca atención que le prestamos al Universo y nuestras frustraciones, nuestras insatisfacciones, nuestra falta de libertad y nuestro dolor.
Puede que el lector se pregunte cuales son esas relaciones. Yo le digo que pueden verse en las grandes tradiciones espirituales si se estudian a fondo, y también le digo que cada persona ha de descubrirlas por sí misma para que realmente pueda comprenderlas y ser consciente de ellas.
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