domingo, 7 de enero de 2018

NOS VEMOS COMO UN EGO


  Nuestros sentidos captan una parte de la realidad, nuestro cerebro la procesa y crea unos pensamientos, surgen unas ideas, nacen unas creencias, tenemos unas emociones y unos valores morales, todo lo cual forma nuestro ego, y casi siempre creemos que nuestro ego es nuestra verdadera naturaleza, nuestra verdadera identidad.

  Esta visión nos hace vernos como a seres individuales, es decir, como a individuos diferentes de los demás individuos, de los demás seres vivos, como seres separados del Universo y de la Naturaleza. Esta visión es con la que nos ha dotado la Naturaleza para la supervivencia de nuestro cuerpo. Nuestro cuerpo puede sobrevivir sin ella siempre y cuando la sustituyamos por la aceptación del natural fluir de las cosas y por la armonía con la Naturaleza, pero mientras no alcancemos este estadio, la supervivencia de nuestro cuerpo depende de vernos como un ego. 

  Por lo tanto hemos de ser conscientes de que, aunque en realidad somos Uno con el Universo y con la Naturaleza, mientras nuestra conciencia no sea capaz de vernos así, no podremos evitar vernos como un ego . 

   Vernos como un ego significa vernos separados de la Naturaleza, y eso es lo que nos lleva a vivir en conflicto con Ella, a explotar sus recursos y a causarle destrucción. 

   Vernos como a un ego va unido a nuestro deseo de expandirnos, de aumentar nuestro poder o nuestra influencia, y todo esto nos lleva entrar en conflicto con nuestros semejantes. Estos conflictos producen luchas, destrucciones, daños, división de la sociedad en diversos grupos, en opresores y en oprimidos, en ricos y pobres, y todo ello es causa de la mayor parte de nuestro sufrimiento.

   Si nos observamos un poco a nosotros mismos veremos que cuando más fuerte es nuestro ego es cuando estamos en contacto con los demás. En ese contacto podemos ver en ellos diversos peligros, o podemos ver que nos hacen sombra, que no nos dejan conseguir nuestros deseos, que son más amados que nosotros, etc, etc, y esto no lo puede permitir nuestro ego, pues de ello depende su supervivencia. 

  Ante las consecuencias destructivas y dolorosas de las luchas y de los conflictos, el individuo actual y cualquier grupo social aspiran a imponer su poder, sus creencias y sus valores morales al conjunto de la sociedad, creyendo que ese poder y esos valores morales son la única solución para acabar con todos los problemas, y de esta manera, el Hombre actual se olvida de lo que realmente es y no busca cuales son las relaciones naturales entre todos los aspectos de su vida, y no busca una relación armónica entre todos esos aspectos, y de esta manera, las luchas, los conflictos, el sufrimiento y los problemas siguen aunque puedan cambiar de forma o de apariencia. 

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