jueves, 5 de noviembre de 2020

LO COMPLEJO Y LO SENCILLO

 


   A nuestros ojos, el Universo, la Naturaleza y el Hombre, nos parece algo muy complejo, y cuanto más creemos saber sobre ellos y sobre las relaciones que mantienen, más complejo nos parece todo. Ahora bien, se da la circunstancia de que cuando aspecto del Universo, de la Naturaleza y del Hombre, se comprenden bien, todo nos parece muy sencillo. 


  La mayoría de las personas, en mayor o menor medida, rechazamos o no acabamos de aceptar las leyes naturalaes por las que se rigen el Universo, la Naturaleza y el Hombre, pero ese rechazo o no aceptación, no está producido porque esas leyes nos resulten complejas, sino porque no aceptamos el dolor natural que a veces nos producen. 


   El rechazo o la no aceptación plena de las leyes por las que se rigen el Universo, la Naturaleza y el Hombre, ha llevado al Ser Humano a que en vez de buscar la manera de armonizar con esas leyes, lo que se busque sea dominarlas. De esta manera, el Ser Humano y por lo tanto las sociedades, han ido evolucionando dede lo sencillo a lo complejo, y desde cada grado de complejidad a un grado más alto. Esto podemos verlo claramente al observar que ante cualquier cosa que se desee conseguir, ante cualquier problema que se quiera solucionar, ante cualquier peligro o dolor que se desee evitar, el Hombre siempre añade un grado más de complejidad. 


    Lo complejo nos agita, nos confunde, nos perturba, con lo cual no nos permite alcanzar la serenidad necesaria para comprender como funcionan las cosas ni las consecuencias de nuestros actos, unos actos que al producirse en una dinámica de complejidad creciente, tienen unas consecuencias cada vez más imprevisibles y más incontrolables. 


   Reducir lo complejo de nuestra vida y aumentar el valor que le damos a lo sencillo, reduce las posibilidades de crear conflictos o de vernos envueltos en ellos, reduce las posibilidades de que creemos problemas y de que nos veamos envueltos en ellos, reduce nuestra esclavitud a los conflictos y a los problemas, reduce nuestra confusión y aumenta nuestra sabiduría, y desde esa sabiduría es desde donde tenemos más posibilidades de comprender al Universo, a la Naturaleza, al Hombre, y al comprender también aumentan nuestras posibilidades de vivir en armonía con lo que hemos comprendido, una armonía que siempre es liberadora pues acepta las leyes naturales del Universo, de la Naturaleza y del Hombre.





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