Al amor lo vemos mirándonos de cara, bondadoso, creemos que le podemos mirar a los ojos con confianza y con esperanza.
El amor.- Está el amor que desea.
Está el que lleva sacrificarse por lo amado
Está el que por ser natural, ni tiene
contrarios ni requiere sacrificios.
El odio.-Es hijo del amor que desea y padre de
los conflictos, de las victorias,
y de las derrotas.
La sabiduría.- Ni desea, ni se sacrifica, ni lucha,
y por ello, a nadie vence
y no sufre derrotas.
Toda victoria produce unos derrotados, los cuales odian a sus vencedores. Toda derrota produce unos vencedores, los cuales primero odiaron a los derrotados y ahora los desprecian. Las consecuencias dolorosas de todo esto se producen:
*Cuando el amor recibido y dado no resula suficiente para satisfacer lo deseado.
*Cuando las victorias y los placeres producidos por el odio no resultan suficientes para vencer al dolor y para hacer triunfar al placer.
*Cuando la sabiduría se confunde con la inteligencia y se usa como medio para conseguir lo deseado.
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