Aunque tenga el Cielo sobre su cabeza,
el Hombre camino entre vallas y entre rejas.
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Es frecuente que en la vida se presenten dilemas morales de diverso tipo, y también se pueden hacer diversas hipótesis que contienen grandes dilemas morales. A la hora de intentar resolver estos dilemas, la actitud que se tome, o que se pueda tomar, siempre se encuentra con que se le pueden hacer muchas objeciones pues cualquier actitud que se tome tendrá consecuencias dolorosas o dañinas.
Entre las contradicciones destacan los impulsos que se oponen dentro del individuo, las diferencias en los que se cree y lo que se siente, entre lo que se piensa y lo que se hace, entre lo que se dice hoy y se hace mañana.
Es frecuente que una teoría o una creencia sobre cualquier aspecto presente fallos o contradicciones ante los ojos de mucha gente, y que por más vueltas que se le de, los fallos y las contradicciones no desaparezcan. Frente a esto surgen nuevas teorías y creencias, y frecuentemente vuelven a presentarse los fallos y las contradicciones. Y así sucesivamente.
Se buscan muchas explicaciones, se produce muchos debates, se usan muchos conceptos viejos y se descubren conceptos nuevos, pero las soluciones al gusto de todos no aparecen.
¿Dónde están las ignorancias, dónde los desconocimientos, dónde las insuficiencias?
Y por muchas respuestas que tengan estas preguntas, siguen siendo muchas las personas a las que no les convencen todas o algunas de ellas. Y nadie se plantea el origen de todas estas contradicciones, pues unos no tien en cuenta y a otros non les interesa que aparezca lo siguiente:
Los deseos surgidos como consecuencia del rechazo del flujo natural del Universo y de la Naturaleza.
Así, si introducimos el factor de estos deseos, veremos como aparecen como la causa primera de todas las contradicciones.
En segundo lugar, si nos liberamos de esos deseos, las contradicciones desaparecen o no nacen. Esto se debe a que el flujo natural del Universo y de la Naturaleza no presenta contradicciones.
En suma, las contradicciones, por muy humanas que las consideremos, se deben a que el Hombre no ha alcanzando la plena conciencia de que ES Universo y ES Naturaleza, y por lo tanto no sabe vivir en armonía con ese flujo natural, es decir, con el ritmo del Tao.
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