Vivimos en una sociedad donde existen muchísimos niveles diferentes de conciencia, muchísimas creencias, y donde las creencias y las ideas circulan ampliamente a nivel mundial, y vivimos en una sociedad sin alternativas a los valores dominantes. Esto da lugar a una sociedad muy fraccionada en infinidad de grupos sociales y de creencias, y donde cada grupo social sólo lucha por sus propios intereses y creencias, y donde ninguna de las luchas tiene capacidad para transformar la sociedad.
Vivimos en una sociedad mundial muy donde todo está intensamente influido por todo, estamos en una sociedad muy variada en ideas y en creencias y con muchas libertades y derechos en la mayor parte de los países, lo cual la convierte en una sociedad rica en posibilidades, pero esta variedad, esta riqueza, también es fuente de confusión y de incertidumbres, y frente a las incertidumbres amplios sectores reaccionan con actitudes de escepticismo o de superficialidad por un lado, y por el lado contrario con actitudes rígidas, intransigentes, totalitarias y fanáticas.
Como ninguno de los grupos sociales es capaz de imponerse totalmente a los demás grupos, y como ninguna de sus luchas tiene capacidad transformadora de la sociedad, y como ninguna creencia es vista como una alternativa, la sociedad está bloqueada. Bloqueada y con una tensión enorme entre entre las diferentes fracciones y creencias. Y es una incógnita lo que surgirá de estas tensiones, de momento sólo sabemos el por qué de tantos y tan variados conflictos, y el por qué todos los conflictos están siendo estériles o caóticos.
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En el terreno de la espiritualidad vivimos en el marco de la sociedad, y ese marco es también la base de la dinámica espiritual: Niveles muy diferentes de conciencia, libertad y posibilidad para que se desarrollen todas las tradiciones y corrientes espirituales, y el hecho de que tenemos a nuestra disposición todas las tradiciones y todas las corrientes espirituales.
Y esto es una gran riqueza debido a todas las posibilidades de conocimiento que ofrece, pero es también una fuente para la confusión, pues existen infinidad de conceptos que además están presentados según las diferentes tradiciones y culturas del lugar en el que nacieron. Por otra parte, ninguna tradición espiritual está en condiciones de ser aceptada como la mejor sobre las demás, y en la rivalidad entre ellas, ninguna es derrotada, con lo cual, en el terreno de la espiritualidad también estamos en una situación de bloqueo y de tensiones entre tradiciones y corrientes. Sin embargo, la espiritualidad es algo individual, y yo creo que el individuo sí que puede escapar a la confusión y al bloqueo.
Escapar a la confusión pasa en primer lugar por tener una visión panorámica del mundo de la espiritualidad, y dentro de ese mundo escoger el horizonte y el camino que estén en mayor sintonía cono la propia conciencia, y explorar ese camino. Hemos de tener muy en cuenta que si no escogemos un horizonte y un camino quedaremos presos en un laberinto de confusión, y si miramos sólo hacia un horizonte y sólo vemos nuestro propio camino, podemos convertirnos en miopes, en rígidos, en intransigentes, en fanáticos.
Escapar al bloqueo pasa por el desarrollo de la propia conciencia dentro del propio camino espiritual. No importa el camino espiritual que siga cada cual, no importa si ese camino es diferente al que seguimos nosotros, lo que realmente importa es el desarrollo de la conciencia, pues sólo ahí están las posibilidades de crecimiento espiritual, y por lo tanto de desbloqueo.
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