viernes, 10 de agosto de 2018

MECANISMOS DE CONTROL SOCIAL (EL SOBORNO)


   Cuando las creencias no bastan se recurre al soborno. Cuando los bienes necesarios para vivir, o los deseos de cosas materiales y de placeres son más fuertes que el valor de la libertad y de la conciencia, entonces se impone el soborno. 

  Existen muchos tipos de sobornos y muchas razones por las que se aceptan los sobornos. A veces el soborno es dinero, otras veces son premios o privilegios, otras veces son pagos o sueldos que permiten a los necesitados cubrir sus necesidades. 

  Los poderosos necesitan a un ejército de ayudantes para poder mantener su poder y para hacer frente a las ambiciones de sus rivales, y también para controlar a las diversas fracciones de la sociedad. La forma de conseguir ese ejército de ayudantes es a través del soborno. 

   Si los ayudantes se sienten bien recompensados serán buenos servidores, pero cuando los sobornados creen que los poderosos les pagan poco, o cuando ven que ya no pueden pagarles, los ayudantes dejan de servirles, se buscan otro señor al que servir, o incluso se rebelan contra los poderosos cono la intención de ocupar ellos el poder, y a veces triunfan. 

   Hoy día el ejército de ayudantes de los poderosos está formado por todas las personas que están al servicio del Estado en los muchos organismos e instituciones de las que consta el Estado. También está formado por los expertos en todas las ramas del saber, (en especial por los expertos en los diversos aspectos del comportamiento humano), y en los medios de comunicación. La necesidad de ganarse la vida, el dinero, el ascenso social y los privilegios son el pago que reciben. Dentro de este ejército existe una jerarquía, una pirámide, en la que el nivel superior soborna a quien forman el nivel que tienen por debajo.

   Pero existen también otro tipo de ayudantes de los poderosos. Se trata de la gran mayoría de aquellos que consiguen éxito y fama y en sus actividades, tales como deportistas, todo tipo de artistas, literatos, pensadores y otros. Estamos ante un ejército de ayudantes indirectos, unos ayudantes que nos muestran que bajo el poder de los poderosos se puede alcanzar el éxito, unos ayudantes que al ser premiados y halagados están proporcionando un gran prestigio a los poderosos que les premian y les halagan. Unos lo hacen con sumo gusto, y otros sucumben a la tentación de la fama, de los premios y de los privilegios. 

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