LAS BUENAS RELACIONES

    Hay personas con las que mantenemos buenas relaciones. Son relaciones basadas o en el amor, o en la amistad, o en la afinidad de cualquier tipo. Son relaciones en las que no tenemos que esforzarnos, o bien el esfuerzo no es una carga. Son relaciones en las que no perdemos la libertad o bien la que perdemos queda recompensada por las satisfacciones que la relación nos proporciona.

  En estas relaciones, una parte de nosotros se siente plena, realizada, pues estas relaciones nos permiten compartir aspectos importantes de nosotros mismos, nos sentimos comprendidos, y las satisfacciones que nos proporcionan nos producen sensaciones de alegría, de seguridad y de serenidad. 

   Pero nuestra vida es algo más que lo que nos proporcionan estas relaciones, y de hecho, ese algo más es lo que hace que estas relaciones sean buenas. 

  Para desarrollar ese algo más necesitamos la libertad que nos proporciona la soledad, y el poder disponer de un espacio y de un tiempo para nosotros mismos. 

   Si reflexionamos sobre las buenas relaciones, vemos que los conceptos que aparecen son muchos menos y mucho más sencillos que los que aparecen en las relaciones problemáticas, conflictivas o de dependencia. He aquí como el camino de la sencillez y de la inocencia es mucho más eficaz que el camino de la inteligencia y de la complejidad de las diferentes estrategias a las que a veces recurrimos en nuestras relaciones con los demás.