martes, 28 de febrero de 2017

HOJAS NUEVAS


      Con la llegada de la primavera veremos como en los árboles brotas hojas nuevas. Esas hojas hacen que las ramas y el tronco crezcan, y hacen que el árbol de flores y frutos. 

   Con la llegada del verano, los árboles empiezan a perder hojas, pierden las que ya no les sirven y pierden las que brotaron las primeras, pues ahora ya se han convertido en viejas. 

   En nuestras vidas, cada descubrimiento de algo nuevo, de algo más profundo y más armónico, es como el brote de una hoja nueva. Si seguimos descubriendo cosas nuevas, profundas y armónicas, también llega un momento en el que nos desprendemos de lo que no necesitamos y de lo más viejo. Si el árbol deja de producir hojas nuevas, también deja de crecer, de dar flores y frutos y acaba por morir. 

   Este es el proceso natural, por ello, no hay que preocuparse ni ocuparse en como desprenderse de las cosas que nos molestan, de las que consideramos obstáculos, eso es perder la energía, el tiempo y las diferentes batallas.  

   Hagamos como los árboles en primavera, centremos nuestra energía en las hojas nuevas. Las hojas viejas, las que no nos sirven y las que nos molestan, ya irán cayendo a su debido tiempo. Nuestra energía, al igual que la de los árboles, es limitada y por lo tanto sólo puede alimentar a una parte de nuestras hojas, pero nuestra energía es también selectiva, y alimento primero a las hojas en las cuales ponemos nuestra atención, dejando de alimentar a las demás, las cuales caen por sí solas, y así el árbol permanece sano, sigue creciendo, dando flores y frutos y presenta un aspecto lozano. 



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