Las agitaciones surgen de dos grandes fuentes, una primaria y otra secundaria:
*La fuente primaria son nuestros deseos, nuestros miedos, nuestras esperanzas e ilusiones.
*La fuente secundaria son nuestros fracasos, nuestras frustraciones, nuestras resignaciones, y también nuestros placeres.
Para no dejarnos arrastrar por las agitaciones no hay que ser fuertes y resistentes, sino sencillos y humildes. La serenidad nos abre las puertas a confiar en nosotros mismos, en la libertad y en la sabiduría.
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