Los seres humanos, sólo consideramos sabias aquellas personas que nos muestran maneras y sendas eficaces de alcanzar lo que buscamos. Si con sus sabidurías no nos basta, recurrimos a los héroes salvadores, a los pastores, a los vendedores de ilusiones.
La sabiduría que tienen los demás
Sólo estamos interesados en la que nos sirve de ayuda para solucionar nuestros problemas y para conseguir nuestros objetivos, lo cual nos impide tener una visión global de las cosas.
La que pueden perder, ganar y recibir
En éstas cuestiones no debemos intervenir, pues hacerlo es presionarles para que orienten su vida según nuetros deseos y creencias, lo cual limita su libertad y también nos ata a nosotros.
La que no quieren los demás
Es la misma que no queremos nosotros: La que temen que les despierte de sus sueños, de sus esperanzas, y de sus ilusiones, y les muestre la sencilla realidad.
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