domingo, 3 de diciembre de 2023

EL AMOR CONDICIONAL Y LAS DEMÁS EMOCIONES

 


 El amor condicional está indisolublremente ligado a la creencia de que lo más importante es conseguir lo deseado, y además nos produce dolor, placeres y satisfacciones, con lo cual, dentro de nosotros se estimulan e incrementan las demás emociones. 

  La moralidad clasifica a éstas emociones como buenas y como malas, y pretende que las buenas derroten o eliminen a las malas. Sin embargo, aunque la moralidad puede controlar los actos, no puede controlar que surjan las emociones, con lo cual, la moralidad intenta reprimir una gran parte de lo que es natural en el Ser Humano. 

  Además, la moralidad produce unas luchas y unos conflictos, tanto externos como internos, que agitan mucho. De ésta manera, la mezcla de represión y de agitación produce perturbaciones diversas y de diversa intensidad, las cuales no solamente son fuentes de dolor, sino que además impiden la libertad, la sabiduría, la aceptación y la armonía. 

  La moralidad predica la compasión y el amor incondicional, pero lo hace desde la creencia de que podemos amar con la fuerza de nuestra voluntad, con lo cual, cuando no podemos nos sentimos culpables de nuestra debilidad, y eso también nos agita y nos perturba, y nos produce todo tipo de creencias y de ilusiones, y así la complejidad y la agitación nos dominan. 

 En el corazón, la libertad y el espontáneo amor.
 En la mente, la sabiduría y la sencilla razón.
 En el horizonte, la armonía y la liberación.
 En el camino, la conciencia y la intuición.
Que todos se complementen en nuestro interior.

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