jueves, 17 de mayo de 2018

LA PAZ Y LA FELICIDAD



   La paz entre las personas es muy valorada en nuestra sociedad, y casi siempre quienes la valoran lo hacen sinceramente, poniendo en su defensa toda su compasión y toda su buena voluntad. La paz es vista como uno de los mejores medios para evitar el sufrimiento humano, y también es vista como una base imprescindible para alcanzar la felicidad. Sin paz entre las personas el amor no puede ser pleno, y ocupados en las luchas con los demás se reduce mucho nuestra libertad. 

   La paz interior es también muy valorada por el individuo. En este mundo agitado y excitado, entre mundo de estrés y de ansiedad, la paz interior es en primer lugar un alivio, es un síntoma de falta de preocupaciones y de dolor, y eso produce un gran bienestar. 

   La paz interior es también el mejor medio para aumentar la compresión y la sabiduría, y es imprescindible en el camino espiritual, pues la paz interior significa estar libre de perturbaciones y poder así dedicar toda la energía al crecimiento espiritual. Sin embargo, sin la paz entre las personas, difícilmente el individuo puede alcanzar la paz interior, y sin la paz interior del individuo difícilmente se puede conseguir la paz entre las personas. 




   La felicidad es en la actualidad el bien más preciado. Para conseguirla no solamente es necesaria la paz, sino que la creencia dominante, la creencia incuestionada, es que para alcanzar la felicidad hay que conseguir tener aquello que se desea. Deseos hay muchísimos y se pueden clasificar de muchas maneras, siendo una de ellas la de los deseos que afectan a los demás y la de los deseos que sólo afectan al individuo. 

  Cuando se trata de deseos que afectan a los demás, de una manera o de otra, más tarde o más temprano, surgen los conflictos entre las personas, y aquí se acaba la paz. Todos los conflictos que vemos en la actualidad tienen su raíz, su verdadera causa, en los intentos de conseguir aquellos deseos que se cree que proporcionan la felicidad. Así, ésta búsqueda de la felicidad es la principal causa de conflictos y de los sufrimientos que los conflictos provocan. La búsqueda de la felicidad es la principal trampa en la vive la humanidad actualmente, tanto porque impide la paz, el amor y la libertad, como porque provoca los mayores sufrimientos. 

  Cuando se trata de deseos que sólo afectan al individuo, esos deseos le agitan, le excitan, le provocan insatisfacciones y frustraciones, alegrías y penas, impidiendo su paz interior. 

  Como vemos existen tensiones y contradicciones entre la paz y la felicidad, tensiones y contradicciones que determinan fuertemente nuestra vida y que además nos parecen irresolubles. Ahora bien, estas tensiones y contradicciones nos proporcionan el estímulo y la energía para buscar vías de escape, vías para elevar nuestra conciencia, vías para crecer espiritualmente. 

   Por otra parte, existen caminos para liberarse en parte o del todo de estas tensiones y de estas contradicciones: 

   * La vida sencilla, al basarse en pocos deseos y en deseos de cosas que se pueden conseguir fácilmente sin afectar a los demás, nos libera en parte de la agitación y del sufrimiento producido por lo que que hacemos para conseguir aquello que creemos que aumentará nuestra felicidad. 

  * No buscar la felicidad, (a la que algunos llaman bienestar interior, paz interior) sino caminar por los caminos que aumentan nuestra capacidad de aceptación del natural fluir de las cosas. Estos caminos, al no basarse en conseguir deseos, tienen el poder de acabar con nuestra agitación y no provocan conflictos con los demás. 


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