A veces, a algunos jilgueros su bello canto y sus bellos colores les cuestan una condena de jaula eterna. Más le valdría ser un gorrión común y corriente. Ningún pájaro, cuando escapa de una jaula quiere volver a ella.
El Hombre, es más inteligente que el jilguero, y usa esa inteligencia para meterle en una jaula. Pero el Hombre es menos sabio que los jilgueros, pues él sí que vuelve a las jaulas de las que a veces escapa, o entra voluntariamente en otras.
Por otra parte, el Hombre no usa su inteligencia para ser más libre, sino que se ata a las creaciones de su inteligencia.
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