Ante los ojos de la mayoría de la gente, la principal característica de los cardos, y casi siempre la única, es que tienen espinas y eso les hace aparecer sin ninguna utilidad y, sobre todo, antipáticos y peligrosos. Pero los cardos tienen flor, dan semillas y algunos tienen propiedades medicinales.
Las espinas sólo las tienen para defenderse, es decir, no las usan como arma o como medio para conseguir cosas que no necesitan.
Sus flores se las ofrecen a las mariposas y a otros insectos y éstos les ayudan en su reproducción llevando el polen de flor en flor. Sus semillas son alimentos para muchos pájaros. A las otras el viento y los pájaros las esparcen y en la siguiente primavera nacen nuevas plantas.
Hay personas que aparecen a los ojos de los demás como bellas flores de jardín sin espinas, esto hace que mucha gente sienta admiración y cariño por ellas, pero quienes dicen quererlas también abusan de ellas o les someten a sus deseos. Estas bellas flores tienen tres opciones:
* Crear espinas y conservar su libertad.
* Dejar que les quieran y les admiren a cambio de que les utilicen y de perder su libertad.
* Utilizar su belleza para conseguir ser complacidos por aquellos que les admiran.
Quien prefiere ser libre, a los ojos de los demás se convertirá en un cardo. Pero aquellos que sean libres, es decir, quienes sean mariposas o pájaros, podrá alimentarse de él, sentirán amor por él, y además contribuirán a expandir su ejemplo y su libertad.
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