Cuando aceptamos la realidad que conocemos, cesan las resistencias interiores y las luchas contra lo exterior.
Las luchas se producen cuando no aceptamos la realidad que conocemos y cuando nos dejamos arrastrar por las ilusiones. Como la sociedad no acepta la realidad que conoce y se deja arrastrar por ilusiones, se crea una dinámica de luchas que unos consideran ofensivas y otros defensivas, que unos llaman justas y otros injustas.
Todos los demás aspectos relacionados con la paz y con las luchas son artificios y complejidades, y por lo tanto siempre entran en contradicción con la realidad objetiva y con la realidad del Hombre, tanto cuando se intenta que la realidad no cambie, como cuando se intenta cambiarla.
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