Cuando lo que somos y lo que tenemos nos resulta suficiente, sigue habiendo más que aquello con lo que tenemos suficiente, siguen habiendo cosas que no somos, que no tenemos, que no conocemos, que no comprendemos.
Pero lo suficiente nos produce un estado de serenidad que nos va permitiendo que aflore la sabiduría, que cada vez escuchemos más a nuestra conciencia, que vez conozcamos y comprendamos más, y que lo hagamos sin esfuerzo, sin agitación, y así cada vez estamos liberados y somos más armónicos.
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