DUDAR Y VIVIR

 

     -Maestro, tengo muchas dudas. No sé si es cierto o es sólo una ilusión aquello que me parece real. No sé como puedo conseguir vivir de acuerdo con aquello que creo que he comprendido y con aquello con lo que estoy de acuerdo. -Dijo un discípulo. 

  -Tienes al Universo, tienes a la Naturaleza, tienes un cuerpo, cinco sentidos, un cerebro, tienes qué comer, donde vivir, con qué vestirte, tienes remedios para mantener cierta salud, tienes personas que te quieren y a las que quieres, tienes interés en conocer y en comprender, tienes una intuición y una conciencia. Estás vivo, sigue viviendo y deja que tu vida siga su curso natural, y ya que has sido capaz de dudar, deja que ahora sea la vida la que cada día te vaya respondiendo. -Dijo el Maestro y guardó silencio. 

   Y el discípulo pensó en todo lo que aún no conocía ni comprendía, y en todo lo que no conocería ni comprendería, y pensó que, en vez de elaborar creencias o creer en las que habían elaborados los demás, al igual que frente a las dudas, se trataba de seguir viviendo, de dejar que su vida siguiera su curso natural, y de ver como, día a día, la vida le hiba dando sus respuestas, le hiba mostrando sus horizontes, sus caminos, sus libertades, sus sabiduría, sus armonías.